En 2020, en medio de la pandemia generada por la COVID-19, los hurtos a supermercados presentaron una reducción en comparación con 2019, sin embargo, sumaron $112.000 millones.
Según el más reciente Censo Nacional de Mermas realizado por la firma consultora We Team para Fenalco, los controles biosanitarios impulsaron un modelo temporal que complicó el accionar de las bandas y de los ladrones ocasionales, ayudando a minimizar el impacto de los robos.
De acuerdo con Fenalco, durante el año anterior el 20% de la merma (disminución del inventario) en almacenes y supermercados del país obedeció a la modalidad de robo. Unos $38.000 millones corresponden a robos cometidos por funcionarios o empleados y $73.000 millones pertenecen a robo externo. Cabe mencionar que en las dos modalidades hay participación de bandas dedicadas a este flagelo.
De enero a diciembre de 2020 se registraron 32.104 casos de robo en grandes superficies, una reducción de 78% frente al 2019 en condiciones normales. Esta reducción, según el informe confirma la efectividad de medidas que solo pudieron ser tomadas en época de pandemia, pero que como efecto colateral mejoraron la seguridad al interior de los comercios.
Adicionalmente, el informe registró que los controles cotidianos dificultaron su accionar, y no lograron encontrar medidas que les permitiera mantener un buen flujo de mercancías robadas.
“La cifra es considerable y esperamos que este año cuando vuelve la reactivación no se vuelva a incrementar”, dijo el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, Jaime Alberto Cabal
Lo más robado
También detallan que se pudo establecer con mayor claridad el comportamiento de los artículos más vulnerados. Esta tabla permite ver cómo el fenómeno es consistente en artículos de baja protección, pero no desatiende a aquellos que son de buena reventa en mercados negros.
El top de los artículos más robados lo componen las golosinas, licores, atún-enlatados, gaseosas, productos cárnicos - Carnes frías, leches, granos (lentejas - arroz), cuchillas de afeitar, artículos de aseo personal, digitales (electrónicos), galletería, droguería, ropa en general y carros de juguete de colección.
Desperdicios de comida, a la baja
El informe también evidencia que los desperdicios en Colombia mostraron una reducción en su participación del fenómeno de la merma operativa, pasando del 26% al 22%.
Explican que la pandemia, generó comportamientos distintos en el proceso de compra por parte de las cadenas, que buscaron optimizar al máximo dicho elemento. El consumidor, al estar expuesto a varias restricciones, también contribuyó a minimizar el fenómeno, al cambiar sus hábitos de compra.
Las ventas al por menos disminuyó en 11% las toneladas que se desperdiciaron, siendo un resultado positivo, que ayuda a los indicadores y a generar menor desperdicio en el país.
El fenómeno se redujo en la comercialización, pero es posible que los hogares, con una sobre compra, pudieran generar mayor desperdicio. La coyuntura y la baja donación a bancos de alimentos o entidades que puedan utilizar estos productos, sigue generando inquietudes y expectativas de mejores procesos de logística inversa, que puedan beneficiar a más sectores vulnerables de la sociedad.
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