El movimiento en el intercambio comercial colombo-venezolano muestra dos caras: la inquietud sobre el sistema de pagos en el vecino país a causa de las sanciones impuestas por Estados Unidos y la necesidad de ampliarlo para que tenga un mayor reflejo en la dinámica local.
Lo primero que hay que admitir es que todavía estamos lejos de aquella histórica cifra de los 7.269 millones de dólares que se logró, en 2008, en el comercio bilateral.
Esa cantidad sigue siendo la meta a recobrar para devolverle la dinámica al flujo de importaciones y exportaciones entre los dos países que se vino a menos y cayó a cero durante la crisis y el rompimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países.
Para la deliberación en la ciudad está lo planteado por el presidente de Fedesarrollo,Luis Fernando Mejía, en cuyo concepto el problema del desempleo se debe, en parte, a las afectaciones relacionadas con lo que ha ocurrido con el intercambio con Venezuela, que según él no ha crecido en los niveles estimados luego de que se reabriera la frontera y volviera el comercio.
Las expectativas para este año a punto de terminar es que la suma alcance los mil millones de dólares que, teniendo en cuenta los volúmenes del pasado, se acerca ya a lo que sucedía, por ejemplo, en 2015 cuando el intercambio se situó en los 1.352 millones de dólares. Aquél año se recuerda también porque en la línea del tiempo aparece como uno en los que empezó a generarse la profundización del deterioro de las relaciones entre Caracas y Bogotá.
Una de las misiones inmediatas, teniendo presente el análisis del dirigente gremial, es trabajar en el fortalecimiento del comercio bilateral con el propósito de que produzca posibilidades de generar más puestos de trabajo no solo en el sector de los servicios relacionados con las negociaciones transfronterizas, sino que potencialice actividades como la industria y el comercio.
Lo único cierto es que la región no puede bajar los brazos para eliminar ese rezago en el frente laboral, puesto que mientras nacionalmente el desempleo se movió en el 10% como ocurrió en el pasado trimestre, en la capital de Norte de Santander ese mal para el que no ha podido conseguirse la medicina adecuada, se situó en una tasa del 12,8%.
La debilidad del mercado laboral cucuteño con la alta desocupación y la desbordada informalidad nos vuelve a mostrar que la alternativa es fortalecer, mejorar y potenciar todos los renglones que ayuden al empleo, entre los que se encuentra la competitividad y aprovechar la condición de zona fronteriza.
Surge entonces la necesidad de que los gremios de ambos países no cesen en su labor de buscarle alternativas a los mecanismos de pago de las mercancías, especialmente en Venezuela, como consecuencia de las sanciones aplicadas por Estados Unidos.
Aunque siguen los temores por parte de la banca global y colombiana con respecto a las sanciones hacia Venezuela, que no son sanciones hacia al país, sino contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro y unas personas naturales, es importante consolidar el uso de las cartas de crédito, las transferencias o los giros directos y cobranzas documentarias.
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