La Fiesta del Libro de Cúcuta arrojó un balance positivo. Fueron seis días dedicados a la cultura, la literatura y los conversatorios.

Del 4 al 9 de septiembre hubo siempre algo distinto que hacer, dentro de la variada programación para tener un acercamiento con las letras y la visión de quienes como invitados plantearon sus pareceres sobre lo divino y humano.

Es  que fueron 612 actividades que mantuvieron siempre abierta la atención de los habitantes del área metropolitana de Cúcuta que tuvieron en esta versión una razón para darse una pasada por la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero.

Resultó muy alentador que en  diferentes espacios que estuvieron habilitados siempre tuvieron el respaldo del público que acudió con entusiasmo a la Fiesta del Libro.

Lograr que entre los jóvenes de colegios y universidades y demás segmentos de la población se despierte y mantenga el interés por este tipo de programas, finalmente implicará que tendremos una sociedad más leída, más educada y más atraída por una ciudad que le ofrezca un acceso amplio y diverso a la cultura.

 Fue igualmente reconfortante apreciar como en las charlas y presentaciones de libros en que estuvieron reconocidos personajes de la vida nacional que aceptaron la invitación de venir a compartir con los nortesantandereanos en esta animada fiesta, la respuesta fue la de una gran acogida.

En este aspecto hay que no solo decir que estuvieron 130 invitados nacionales, regionales y locales, sino relievar el esfuerzo y la gestión para que los convocados se hicieran presentes y pudieran desarrollar sin complicaciones las conferencias, exposiciones y firmas de libros durante el tiempo que les correspondió, dejando en ese sentido muy en alto el nivel de organización por parte  de quienes están al frente de este evento.

La consolidación de la Flic, tanto en la región como en el orden nacional es producto, sin duda, de un trabajo planificado, serio y ordenado que se ha venido haciendo fuerte con el paso del tiempo.

“La Fiesta del Libro de Cúcuta reúne lo mejor de Norte de Santander. No solo es un evento cultural y literario, es también la oportunidad a reflexionar, a trabajar en grande y a unirnos en esta región fragmentada por la violencia y las problemáticas de orden social, político y económico”, dijo en su momento Julio García-Herreros, director de la biblioteca.

Tania Manzano, quien es la coordinadora de la Flic, destacó que la versión que acaba de terminar fue un espacio para hablar y reflexionar en torno al lugar en que habitamos como un territorio de paz binacional, en donde se integra, convive y se expande una cultura viva y activa en permanente transformación.

Para ellos y los demás integrantes del grupo a cargo de la  preparación, montaje y desarrollo de la fiesta, un aplauso. Y una felicitación también para las personas que acudieron a escuchar, leer, compartir y disfrutar de las mañanas, tardes y noches culturales de esta temporada que llegó a su fin el sábado 9 de septiembre. 

De todas formas, fiestas como estas hay que replicarlas, tal vez con un par de actividades complementarias en los municipios metropolitanos, por ejemplo, en lo que resta del año o divididas antes y después de la actividad central.

O sea, que haya una fuerte motivación para que los ciudadanos tengan un par de minifiestas, adicionales, con ejes temáticos predeterminados para seguir inculcando y despertando ese interés por las artes, motivado por la presencia de algunos exponentes de talla nacional o local.

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