El contraste, análisis y discernimiento de los datos, se convierte en un componente de alta valía para la construcción de políticas públicas, como por ejemplo la de seguridad ciudadana.

Cúcuta, simultáneo a las acciones desde la tecnología contra la delincuencia y los planes operativos para enfrentar a quienes cometen esta oleada de hechos, requiere de un observatorio de seguridad o de criminalidad.

Un mecanismo de esta naturaleza  facilita el monitoreo, diagnóstico, administración de la información, evaluación y análisis, cuyas conclusiones entran a convertirse en insumos para la toma de decisiones.

Configurar un esquema de análisis científico, sociológico y criminalístico, en la práctica constituye una poderosa herramienta que permite facilitar hacia donde se deben dirigir ciertas acciones específicas, al poder tener un conocimiento claro sobre el por qué están ocurriendo hechos como los que afectan a Cúcuta y que la mantienen dentro de los listados de ciudades altamente peligrosas.

Poder hacer una valoración crítica de las cifras de homicidios que da a conocer la Policía, por ejemplo, contrastándola con las de Medicina Legal y sometiéndolas a valoraciones relacionadas con el entorno en que ocurren y superponiendo factores exógenos y endógenos, es fundamental para que se puedan afinar las acciones para combatir el delito, más eficiente y eficazmente.

Atendiendo sugerencias de los especialistas, la capital de Norte de Santander debería tener más de una fuente estadística en materia de comisión de delitos, y montar su componente especial para que la evaluación de los acontecimientos de carácter judicial que  golpean al ciudadano de arroje una inmediata y contrastada lectura sobre el momento que se vive.

Una acción interinstitucional es urgente adelantarse para que se logre darle cuerpo y operatividad a un componente analítico de esta naturaleza, que al ser alimentado constantemente con cifras y contextos, ayude a saber qué es lo que realmente está pasando en la ciudad y el área metropolitana.

En esa afinación jugarán papel esencial los organismos de seguridad, la justicia, el municipio, organizaciones de derechos humanos, expertos en cuestiones de criminalidad urbana y analistas de los hechos detonantes de la violencia.

Por ejemplo, contar con tan poderoso sistema le permitirá a las autoridades locales presentar propuestas sólidas al Gobierno Nacional, con datos y elementos fundamentados para indicar que las economías ilegales, el lavado de activos, el narcotráfico y esa guerra de organizaciones armadas ilegales que antes se aposentaba en el Catatumbo, ya sobrepasó la frontera urbana y ahora está en territorio cucuteño. 

Que la ciudad organice una plataforma como esa, en momentos de crisis de seguridad como la actual, le dará a futuro un potencial que le permitirá estar muy cerca de lo que está sucediendo con la criminalidad, con el fin de evitar desbordamientos como el que estamos padeciendo en la actualidad.

Es que ponerle análisis de calidad  a cifras como los 50 muertos que en la ciudad ha dejado el enfrentamiento entre bandas, hacer un profundo análisis criminalístico de la frontera y tener la posibilidad de hacerle un seguimiento a los casos que lleva la justicia, asunto de alta relevancia para evitar la impunidad, que también se vuelve en un elemento que impacta sobre la seguridad ciudadana.

Así que el observatorio de seguridad representa un soporte importante en la lucha contra la criminalidad.    

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