Fue muy llamativo lo expuesto desde Ocaña por el director de Planeación Nacional, Alexander López Maya, en el sentido de que “por primera vez en la historia un Gobierno no solo pone sus ojos sino su presupuesto para sacar el pueblo del Catatumbo y a los pueblos más olvidados de Colombia de la miseria y la barbarie a las cual nos han sometido por tantos años”.

El pacto social para la transformación territorial del Catatumbo anunciado por el funcionario se convierte en un buen aliciente para resolver problemas que envejecieron mal y que hoy siguen como un lastre para los pobladores de esta rica región nortesantandereana.

Ese compromiso es igualmente una gran ilusión para unos municipios que por años han cargado con la violencia incesante, los cultivos ilícitos, la producción de estupefacientes, y que en esta oportunidad desean que las inversiones fluyan y les faciliten dejar en el pasado años de olvido, de subdesarrollo y de una complejidad de problemas sociales que lo dejaron convertido en un territorio surcado por todas las formas del conflicto armado.

Que esté en la región el jefe del DNP exponiendo las acciones que se empezarán a efectuar en ordenamiento territorial participativo y popular al igual que la transformación económica agroindustrial y productiva para el desarrollo endógeno de esa zona del departamento, representa una opción cierta de avanzar en esos desafíos.

Igualmente, que dentro del pacto haya quedado la conectividad, la infraestructura vial y el transporte intermodal, representa que por fin habrá una interlocución real para procurar la estructuración y desarrollo de proyectos de esa naturaleza, al igual que entrar a buscar soluciones para las vías terciarias, con las partidas presupuestales requeridas para cerrar y superar las brechas.

En ese sentido, hay que resaltarse que en el documento aparecen la carretera Ocaña-Cúcuta, la Transversal del Catatumbo, e anillo para la paz y los corredores viales para que campesinos puedan sacar sus productos.

Todo eso ya emite el mensaje esperanzador de que la gran inversión del Gobierno Nacional podrá llegar a inyectarle opciones para la edificación de un futuro promisorio para la región, con lo cual también hay confianza en que la violencia quede sepultada en el pasado.

En este mismo sentido hay un eje esencial y transversal relacionado con la ‘Paz Total’ del presidente Gustavo Petro, la implementación del acuerdo con las desmovilizadas Farc en un aspecto como la sustitución de cultivos, que mezclado con los demás componentes del pacto por el Catatumbo ayudará a consolidar el desarrollo regional.

En el campo educativo dado a conocer por López Maya se volvió a hablar de la Universidad pública del Catatumbo, que es un compromiso del presidente Petro, y de la cual en dos o tres semanas se pondrá la primera piedra y lean esto que expresó el director del DNP, para hacer la respectiva veeduría: “que vamos a construir antes de que finalice nuestro Gobierno”.

A todo lo anterior se le anexan los compromisos para la superación de la crisis humanitaria alimentaria en la región, los proyectos de agua y saneamiento básico, la reforma agraria, vivienda rural, transición energética y la adopción de un modelo regional de salud.

Lograr la transformación del territorio catatumbero conllevará, sin duda, un positivo avance que se irradiará sobre el departamento y será la mejor opción para empezar a superar muchos de sus problemas y lo más importante, tener un interlocutor directo con el Ejecutivo.

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