Hablar sobre el Catatumbo para muchos significa temor, peligro, desplazamientos y muerte. Pero son pocos los que se atreven a hablar de la gente talentosa, pujante y de su riqueza turística. De esta subregión colombiana nacieron dos primas, Dennise Cáceres Cabarico y Sol Ortega Cabarico, quienes descubrieron un gran don: cantar.
Ellas son testigos de la guerra y del dolor, pero en lugar de guardar resentimiento, encontraron en la música, más específico, en el rap, la voz para expresar todos sus sentimientos ante las problemáticas que sumerge a esta región fronteriza, y que el Estado no quiere ver. Pero también es una forma de lucha que les ha permitido recorrer el país y trabajar por las comunidades.
“El rap llega a nosotras por medio de un vecino que venía de Medellín y nos causó curiosidad su vestimenta, quien nos habló del rap y nos puso a escuchar una canción y nos gustó”, aseguraron Denisse, de 26 años, y Sol, de 22.
Aunque en el pueblo, la cultura campesina e indígena nada tiene que ver con la del hip hop, este ritmo musical las atrapó y descubrieron que luego de trabajar con la comunidad en procesos sociales, era la herramienta perfecta para visibilizarlos.
Entonces, juntas, hace 13 años, crearon el grupo Motilonas Rap y tienen dos álbumes: que se llaman, Ishtana, que significa “territorio” en lengua barí, con 6 canciones, y ‘El canto de las flechas’, con 10 canciones.
“También tenemos otros proyectos que se llaman ‘cosechas’, ‘colecciones’, y ‘alba’, que son canciones narradas”; aseguraron las primas nacidas en Tibú.