¿Cómo reconoce un joven su vocación? ¿Es necesaria la vocación para tener éxito en la vida? ¿Qué estudiar? ¿En qué emprender? o ¿En qué trabajar?
Muchas inquietudes surgen en los jóvenes que están a poco de terminar su ciclo escolar en la Educación Media. Y aunque algunos muchachos asumen más pronto que otros una postura más cómoda en el rol de su vida, gracias a que desde muy chicos recibieron una orientación adecuada y el apoyo de sus padres, llegando a la juventud entrenados en áreas como el deporte, o enfocados en el arte, la música o en actividades de tradición familiar. Los casos son contados.
Según la psicóloga clínica Andrea Hernández, especialista en Orientación Vocacional y Ocupacional, profesora de la Universidad Simón Bolívar, el joven debería recibir orientación vocacional oportuna, evitando así frustraciones futuras. “Este proceso inicia con la identificación de sí mismo, el reconocimiento de sus habilidades y cualidades, pero también de sus debilidades; este autoconocimiento le va a facilitar el análisis sobre las opciones viables para el desarrollo de su área académica, profesional y ocupacional”.
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Entre otras recomendaciones, la profesora mencionó la elaboración del proyecto de vida, incluyendo un reconocimiento de sus posibilidades en relación al acceso a la Educación Superior, tanto económicas, como factores propios del contexto; y posteriormente acercarse a esas opciones a través de la revisión de planes de estudio y observación de profesionales que faciliten esa proyección a nivel ocupacional.
Barreras de libertad a la hora de escoger un rol
La injerencia de factores externos también es un asunto que incide en la elección de los roles de los jóvenes, lo que se asume como una cohibición de la libertad vocacional.
“Es importante reconocer que la familia cumple un rol fundamental en este proceso de orientación vocacional y la elección libremente debería ser parte de este acompañamiento hacia los jóvenes; pero es frecuente encontrar personas frustradas haciendo lo que no les gusta y sintiendo que han perdido su propósito de vida, porque no tuvieron la oportunidad de elegir las opciones que se acercaban a su perfil, en otros términos, faltaron límites en ese acompañamiento y por supuesto, orientación tanto en los jóvenes como en sus familiares”, explicó la profesora Unisimón.
La autonomía de los jóvenes ante los factores sociales
A nivel social, la responsabilidad está dirigida directamente al sistema educativo, comentó la psicóloga Hernández.
Desde la educación básica secundaría es fundamental el desarrollo de espacios de autoconocimiento de los educandos, para que de esta manera exploren sus habilidades, y que eso les facilite la elección de la carrera en relación con su vocación.
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En opinión del director del Doctorado en Educación de la Unisimón, Juan Diego Hernández, frente al tema de la autodeterminación profesional, a partir de diferentes estudios, ni la educación actual ni la pasada, garantizan una libre escogencia, porque responden a intereses productivos y económicos.
“Se puede observar que la educación responde a indicadores de cobertura y otros que obvian la dimensión existencial de los estudiantes y los hace casi como que incompetentes a la hora de encontrar una vocación”, expresó. “Se deben hacer unos cambios al sistema educativo a nivel de la política, de la práctica pedagógica y la formación de los maestros”.
Para Hernández, una cuestión paradigmática que se debería invertir es el principio que rige el capital sobre lo humano, en el que lo humano campee sobre lo económico pues la educación debe ser vista, más que como un gasto, como una inversión.
“Cuando el país garantiza con recursos la educación no está gastando plata, no se la está dando a la gente, la está invirtiendo socialmente para generar procesos de transformación importantísimos desde todo orden: social, político, económico, estético, artístico y demás… y de esto resulta una inversión paradigmática, y cuando se haga, se podrán encontrar puntos de convergencia que permitan salir de la actual dinámica”, sostuvo.
¿Cómo debe transformarse el sistema educativo colombiano para permitir la libertad de vocación a los jóvenes en el país?
Liliana Vergel, asesora del despacho de la Gobernación de Norte de Santander en temas de educación, explicó que el sistema educativo debe reestructurarse y trabajar verdaderamente como sistema. “Hoy no tenemos un sistema educativo articulado. Es decir, no fluye en la primera infancia (lo que hace el ICBF), con el Preescolar en las secretarías de Educación; y dentro de la misma educación que manejan las secretarías entre Preescolar, la Básica, la Secundaria y la Media, están fragmentadas, y sí que menos los jóvenes que salen de la Educación Media y entran a las universidades”, explicó Vergel.
En días pasados, en la Gobernación de Norte de Santander, se firmó una Alianza por la Educación, en la que todos los actores del sector, como instituciones educativas, universidades, gremios, organizaciones y entidades públicas y privadas se comprometieron a articularse, siendo un escenario y unos instrumentos potentes para la construcción del nuevo modelo educativo con miras a 2050.
“Queremos mirar cómo se construye realmente un sistema en el que los jóvenes, niños y niñas transiten adecuadamente; siendo la pertinencia el tema central de la calidad; y la pertinencia frente a las necesidades del entorno donde sucede esa educación. Que la educación tenga la capacidad de leer el entorno, sus necesidades y el potencial para orientar adecuadamente los proyectos de vida de los estudiantes”, indicó Vergel.
La asesora de educación añadió que la oferta del servicio educativo debe responder a esas realidades, que estén acordes a las realidades de los niños y los jóvenes para que puedan, desde pequeños, empezar a orientar sus capacidades y su potencial, y que la educación se lo facilite.
“El hoy de la educación en Colombia está centrada en el saber o en la información y eso ya no es el proceso educativo. El proceso educativo debe estar centrado en el desarrollo integral de esos seres humanos, en el que lo socioemocional que llamamos, el ser, esté en el centro como eje. Ya la neurociencia nos ha dicho que si no fortalecemos el ser y las habilidades socioemocionales, que son fundamentales para la vida, para el trabajo y para la empleabilidad, no habrá jóvenes competentes por su capacidad de procesamiento”, recalcó.
¿Qué se produciría si el sistema educativo reconociera la vocación?
El docente pasaría a ser un facilitador. Se fortalecería la autonomía y la crítica de las personas a partir del reconocimiento, que es lo que se está planteando en la educación. De esa manera se potenciará la capacidad humana, ese talento con el que llegan al sistema educativo.
La UNESCO está invitando a todos los actores de la sociedad global que piensen conjuntamente los futuros de la educación si la humanidad pretende llegar al 2050.
Recomendaciones
Si aún no reconoces cuál es tu vocación, recomendamos:
- Recibir asistencia profesional, especialmente de un psicólogo especialista en Orientación Vocacional y Ocupacional.
- Elaborar un abanico de opciones que responda a tus habilidades, destrezas, etcétera.
- Recordar que la carrera profesional escogida debe responder a las posibilidades de contexto y económicas.
- Utilizar diferentes test de guía vocacional. Este es uno de ellos: https://bit.ly/3gIQiQC
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