Caras largas, miradas sombrías, desanimados y con un nudo en la garganta, así se observaba a los pocos venezolanos que circulaban este lunes por los puentes internacionales Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Atanasio Girardot, que conectan a Colombia y Venezuela, luego de permanecer cerrados tres días, desde el pasado viernes 26 de julio, con motivo de los comicios presidenciales que tuvieron lugar el pasado domingo 28, en cumplimiento del decreto 072.
La desazón no tiene otro motivo que el fraude electoral del que aseguran haber sido víctimas los millones de venezolanos que salieron a votar el domingo, y que vieron con profunda frustración como el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó ganador a Nicolás Maduro con más del 50 por ciento de los votos, mientras que Edmundo González, abanderado de la oposición, habría registrado un 44%.
“Estábamos emocionados, pensábamos que íbamos a ganar para regresar a nuestro país, con nuestros familiares, pero ahora con esto imagínese”, expresó, conteniendo las lágrimas, Johana Prado, una de las cientos de venezolanas que residen en Cúcuta, a donde llegó hace seis años desde la ciudad de Maturín, en el estado Monagas.
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Esta mujer, dedicada a la economía informal en La Parada, y con tres hijos bajo su responsabilidad, pretendía volver a su tierra si había un cambio de presidente en su país, pero las cosas no salieron como lo pensó, ahora evalúa la posibilidad de ir y vender su casa allá, para tratar de establecerse mejor en Colombia, “empezar desde cero, qué más vamos a hacer”.
Dodany Rojas es otra de las venezolanas a la que se vio con “tusa” electoral. Vive en Villa del Rosario hace algún tiempo y aunque asegura que han estado un poco mejor en este país, fue una de las que pudo cruzar a San Antonio del Táchira para votar, con la esperanza de que se produjera un cambio.
“Hoy me siento muy triste y decepcionada, con un nudo en la garganta; sabíamos que este es un gobierno nefasto, malo y mentiroso, pero teníamos la esperanza de que (los maduristas) pudieran reconocer (la derrota) y cambiaran las cosas, para nosotros es un total fraude”, dijo Rojas.
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Su esperanza está puesta en los gobiernos internacionales, “como venezolanos aportamos el voto, pero ya nos podemos hacer más nada. No puedo un pueblo desarmado, enfrentar a un gobierno armado”, añadió.
Frente a la expectativa de que se desate un nuevo flujo migratorio masivo, aseguró que ella junto a su esposo y su hijo menor están pensando en esa idea. Ya sus hijos mayores lo hicieron, y ella seguiría sus pasos pues “la situación es muy dura, mi esposo es taxista aquí en La Parada y vivimos justamente del movimiento de los venezolanos acá”, dijo.
Para Joel Salinas, quien hace parte de la población pendular de la frontera, pues vive en Venezuela y trabaja en Cúcuta, la tesis del fraude es la única explicación a lo que sucedió en su país. “Sabemos que el verdadero ganador es Edmundo González, pero también sabíamos que el gobierno no iba a reconocer la derrota. No esperábamos nada bueno de ellos, esto es un fraude total”, manifestó.
El eco de la soledad
La soledad que se observó en los pasos binacionales es la réplica de lo que sucedió en la mayoría de ciudades y pueblos del Táchira -uno de los estados de mayor tradición opositora de Venezuela.
En San Cristóbal, la mayoría de negocios se encontraban con sus santamaria abajo. Muy pocas personas se veían en las calles. La noche del 28 de julio y madrugada del 29 no dejó nada bueno, luego de los ataques emprendidos por los colectivos afines al gobierno en los centros electorales, donde en medio de la refriega cobraron la vida de un ciudadano.
El panorama no fue distinto en los otros municipios fronterizos con Colombia. La gente prefirió mantenerse resguardada en sus casas, pasando una suerte de “tusa” electoral.
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Autoridades departamentales a la expectativa
Luego de conocerse los resultados de los comicios presidenciales en Venezuela, se mantiene latente una nueva salida de ciudadanos venezolanos, por lo que en Norte de Santander, las autoridades departamentales se mantienen expectantes de lo que pueda suceder.
En este sentido, Fernando Álvarez, director del Instituto Departamental de Salud (IDS) anunció que se mantendrá en alerta amarilla en toda la red prestadora del servicio en la entidad, a la espera de cualquier reacción distinta a la que se ha registrado hasta ahora.
En cuanto al balance que dejó el fin de semana, Álvarez señaló que transcurrió en relativa calma, salvo por la situación de emergencia que se presentó en horas de la noche del domingo, cuando se reportó un herido grave en San Antonio del Táchira, que requirió traslado hasta el Hospital Erasmo Meoz, donde hasta ayer se mantenía grave pero estable.
Igualmente, refirió que en el Centro de Atención Transitoria se atendieron 98 personas, la mayoría por algunas vacunas pendientes. “En general todo se ha desarrollado dentro del escenario previsto”, dijo el director del IDS.
Por otra parte, en el recorrido hecho por La Opinión por los puentes internacionales, se observó importante presencia de uniformados de la Policía Nacional, algunos indicaron que la orden es mantenerse en el lugar hasta nuevo aviso, ante cualquier eventualidad.
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