El paso de los enseres de las familias que fueron deportadas de La Invasión (San Antonio) se cumplía ayer por el Río Táchira con un ingrediente adicional: el sancocho comunitario.
La iniciativa la puso en marcha la Policía como un estímulo para recuperar los ánimos de niños, jóvenes y adultos que tratan de recuperar lo poco que pueden tras ser expulsados por el gobierno del vecino país la semana pasada.
En la actividad se mezclan mujeres y policías, mientras otro grupo apoya el traslado de las pertenencias hacia el lado de Villa del Rosario.
La olla se pone bien temprano, se le echa plátano, yuca, verduras, carne, hueso de costilla, pollo y, por supuesto, el sazón que no puede faltar, dice María Luisa Mejía, de 37 años y madre de dos hijos.
Ella, al igual que su prima Isabel Gamboa, de 30 años, también deportada del vecino país, son las encargadas de preparar el sancocho con la ayuda de varios policías de carabineros.
“Atravesar el río con carga desgasta muchísimo, cansa mucho y se pierden fuerzas que se tienen que recuperar, por eso qué mejor que un buen sancocho para devolver el alma al cuerpo”, dice Gamboa.
En total, son 465 uniformados de todas las especialidades los que apoyan el dispositivo habilitado para atender el proceso de evacuación de los nacionales procedentes del vecino país. Cerca de doscientos policías se encuentran internados en zona fronteriza del municipio de Villa del Rosario, en límites con la vecina población venezolana de San Antonio del Táchira.
Los enseres y demás elementos que las familias lograron traer luego de cruzar el río Táchira, siguen siendo transportados en cerca de 20 camiones de la Policía Nacional, hasta lugares designados por los mismos colombianos y a algunos sitios que están siendo habilitados para tal fin de forma coordinada con las demás autoridades a través del Puesto de Mando Unificado.
Para mitigar el desgaste de fuerzas, en especial de la población infantil y ancianos, fue que se impulsó la idea del sancocho comunitario, dijo el comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, coronel Jaime Barrera.