Esta nueva pelota del proveedor Adidas también estará equipada con la "tecnología semiautomatizada para la detección del fuera de juego" (SAOT), como su predecesor Al Rihla: un sensor situado en el centro del esférico que debe enviar datos 500 veces por segundo, determinando el momento en que se juega mucho más precisamente de lo que podría hacerlo un ojo humano.
La FIFA introdujo en este Mundial la utilización de esta tecnología, destinada a acelerar y mejorar las decisiones arbitrales. La SAOT debe permitir establecer en todo momento la posición de los jugadores y del balón, facilitando la detección de los fuera de juego sin sustituir la apreciación de los árbitros.
En el plano deportivo, la trayectoria del balón Al Rihla fue considerada aceptable por Claudio Taffarel, entrenador de los porteros de Brasil. "No es mala, pero no funcional al 100%", declaró a finales de noviembre el exarquero de la Seleçao campeona del mundo 1994, antes de la eliminación de su equipo en cuartos ante Croacia.
"Recuerda un poco al Jabulani (pelota del Mundial de 2010 criticada por su trayectoria impredecible). Pero es más positivo que negativo. No hay tantas variaciones de trayectoria, el balón es bueno", aseveró.
Al Rihla y Al Hilm han sucedido a "Telstar 18", el balón de la Copa del Mundo de 2018 en Rusia; a "Brazuca", en Brasil de 2014; y a "Jabulani", en Sudáfrica 2010.
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