"Un escupitajo a la cara a los amantes del fútbol": la Superliga europea, fundada este lunes por una docena de los clubes más poderosos, ha dinamitado las estructuras existentes, llevando a las instancias mandatarias a amenazar con represalias contra los impulsores de este proyecto que tampoco gusta a los aficionados.
Luego de décadas amenazando con un cisma, los grandes clubes del continente, con Real Madrid, Liverpool o United a la cabeza, dieron el paso y crearon una sociedad privada, bautizada como 'Superliga', e iniciaron procesos judiciales preventivos frente a la oposición de la UEFA, organizadora de la Liga de Campeones, la mayor competición continental de clubes desde su creación en 1955.
La Superliga es una "propuesta vergonzosa" de algunos clubes "guiados por la codicia", "un escupitajo a la cara a los amantes del fútbol", criticó este lunes en conferencia de prensa el presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin.
"Éramos cándidos, ignorando que teníamos serpientes tan cerca de nosotros. Ahora, ya lo sabemos", añadió el dirigente.
Los doce clubes en el origen de esta ruptura (AC Milan, Arsenal, Atlético Madrid, Chelsea, FC Barcelona, Inter Milán, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United, Real Madrid y Tottenham), incluye a todos los campeones de Europa desde 2005, salvo el Bayern Múnich.
Como respuesta, Ceferin oficializó este lunes la reforma de la Liga de Campeones, que entrará en vigor en 2024 y que pasará de 32 a 36 participantes. Su fase de grupos se verá sustituida por un mini-campeonato, para garantizar más partidos y más ingresos.
Ceferin no solo prometió excluir a los clubes disidentes, sino también amenazó a los jugadores que puedan disputar esta nueva competición con no dejarles participar en ningún torneo internacional, como Eurocopa o Mundial.
En estas condiciones, ¿qué pasará con las semifinales de la actual Liga de Campeones, previstas para finales de abril y que tienen a tres de los cuatro equipos participantes entre los disidentes? ¿Se declarará al París SG vencedor del torneo por la exclusión de Real Madrid, Chelsea y Manchester City?
"Estos clubes deben ser excluidos y espero que eso ocurra el viernes" en una nueva reunión del Comité Ejecutivo de la UEFA, dijo este lunes el presidente de la Federación Danesa Jesper Moller, miembro también de la máxima instancia del fútbol europeo.
Pase lo que pase, la semilla de la división está plantada. Afectado por la pandemia del covid-19, el deporte rey en Europa ha visto amenazado su estructura piramidal de redistribución de los recursos televisivos.
"Recursos adicionales"
Con una competición que comenzará "tan pronto como sea posible", sin precisar fechas, los rebeldes pretenden instaurar una liga casi cerrada comparable a los campeonatos norteamericanos de básquet (NBA) y fútbol americano (NFL).
"No creo que la Superliga resuelva los problemas", aseguró este lunes el presidente del Bayern Múnich, Karl-Heinz Rummenigge, confirmando que el club bávaro no forma parte del proyecto.
Según sus promotores, la Superliga funcionaría con un formato de una temporada regular con 20 equipos, quince de ellos llamados "clubes fundadores", clasificados de oficio cada año, y otros cinco disfrutando de invitaciones "a través de un sistema basado en su rendimiento en la temporada anterior".
Los partidos se disputarían en principio en mitad de la semana, entrando en competencia directa con las fechas reservadas para la Liga de Campeones, pero no con las ligas nacionales, tradicionalmente organizadas los fines de semana.
"Como contrapartida por su compromiso, los clubes fundadores recibirán un pago en una vez del orden de 3.500 millones de euros (4.190 millones de dólares), destinado únicamente a inversiones en infraestructuras y a compensar el impacto de la crisis del covid-19", explicaron los promotores del nuevo torneo en un comunicado.
El banco estadounidense JPMorgan confirmó este lunes que financiará el proyecto de la Superliga europea, que incluirá también un torneo femenino.
Esas cifras suponen unos ingresos muy superiores a los que obtiene la UEFA por sus competiciones de clubes (Liga de Campeones, Europa League y Supercopa de Europa), que fueron de 3.200 millones de euros en derechos de televisión en la temporada 2018-2019, la última antes de la pandemia.
Los mercados financieros reaccionaron este lunes con entusiasmo y las acciones de la Juventus (+17%) y el Manchester United (+10%), los dos únicos clubes de los 12 disidentes que cotizan en Bolsa, experimentaron fuertes subidas.
"¡Hay que despedir a todos!"
Falta por saber qué medidas de coacción pueden adoptar las instancias.
La FIFA "solo puede expresar su desaprobación a una liga separatista europea cerrada", señaló simplemente la federación internacional este lunes, sin llegar, como la UEFA, a la amenaza de una expulsión.
Otro punto a resolver es si las amenazas de la UEFA son conformes al derecho europeo de la competencia, lo que hace presagiar una eventual batalla jurídica.
Tanto más porque según un correo obtenido por la AFP, los promotores de la Superliga han acudido de manera preventiva a los "tribunales competentes para asegurar la instauración y el funcionamiento del torneo".
A la espera de lo que pueda ocurrir, numerosas han sido las manifestaciones contrarias al nuevo torneo, sobre todo por parte de los aficionados.
"Es un atraco. Acaban con cualquier forma de suspense deportivo", deploró a la AFP Ronan Evain, coordinador de la red Football Supporters Europe.
La misma amargura que expresó un exinternacional alemán, Rudi Völler, ahora dirigente del Bayer Leverkusen: "Que los que quieran jugar en esta Liga sean expulsados de todas las competiciones nacionales, con todos los equipos, incluidos los jóvenes y las mujeres. ¡Hay que despedir a todos!".
Los responsables políticos también expresaron su preocupación, como el presidente francés Emmanuel Macron, que criticó un proyecto que "amenaza el principio de solidaridad y el mérito deportivo".
El secretario de Estado de Deportes británico, Oliver Dowden, se comprometió este lunes a hacer "lo que sea necesario" para proteger el fútbol, considerando invocar la ley de competencia para bloquear la creación de la nueva Superliga europea.