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Breve retrato del general Santander
Las noticias genealógicas que a continuación se narran fueron tomadas de los archivos eclesiásticos y civiles de las ciudades de San Cristóbal y Táriba en Venezuela y de la Villa del Rosario en Colombia
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Sábado, 29 de Julio de 2023

Con ocasión de la conmemoración del Bicentenario de la reunión del Primer Congreso General de la Gran Colombia, instalado en la Villa natal de Santander y luego de escudriñar valiosos e interesantes documentos que el historiador Luis Eduardo Pacheco descubriera en los archivos históricos de la ciudad de San Cristóbal en Venezuela, me es grato presentar esta crónica con los resultados obtenidos por el mencionado autor y publicados hace exactamente cien años aprovechando la efeméride de este magno evento.

Las noticias genealógicas que a continuación se narran fueron tomadas de los archivos eclesiásticos y civiles de las ciudades de San Cristóbal y Táriba en Venezuela y de la Villa del Rosario en Colombia, así como de los archivos públicos de Caracas y de las notarías primera y segunda de la ciudad de Cúcuta. No es mi intención profundizar en la vida del prócer sino recordar algunos aspectos importantes de su fructífera vida y de los beneficios que para la patria representaron.

Comienzo con una definición publicada de manera genérica en algún escrito anónimo en la que se dice que el Hombre de las Leyes fue una mezcla de “militar venezolano y de letrado granadino” producto de aquella edad heroica como la definía el presidente Marco Fidel Suárez, en la que brillaron la inteligencia y el valor militar con genial y gloriosa espontaneidad. Fue Santander, como toda figura descollante, objeto tanto de juicios contradictorios como de exaltaciones por parte de unos y otros, sin que ello demerite en lo más mínimo la grandeza de sus ejecutorias.

Descripciones preliminares fueron encontradas en archivos, como las del sabio francés Boussingault, quien en su juventud formó parte del Estado Mayor de Bolívar, quien escribió en sus Memorias: “…bello hombre, de interesante figura, de ojos un tanto oblicuos, denotando sangre india”. Así mismo, el capitán Stuart Cochrane, de la Marina Británica, describe en 1823 a Santander como “de estatura más que mediana, robusto y de color moreno, tiene ojos negros y penetrantes, usa el cabello muy largo, lo que con sus largas patillas y bigotes, le da un aspecto severo pero dicen que es ameno en su trato como hombre público y como militar.

Casi siempre está con uniforme y a veces lleva un dolmán azul celeste bordado como la casaca de un mariscal de Francia, es inteligente, tiene gran agudeza natural y es muy estricto para atender a los negocios públicos. Se dice que es brillante en los escritos diplomáticos”.

En una época fue edecán del Príncipe Pedro Bonaparte, lo que dio pie para que éste escribiera años más tarde: “…he conocido todas las majestades de Europa, pero bien puedo asegurar que no he conocido a nadie en quien la naturaleza hubiera impreso con caracteres más fuertes el don de mando, que en el general Santander”.

Nacido en la Villa del Rosario de Cúcuta el 2 de abril de 1792, desde muy joven se destacó como un brillante estudiante lo que le valió obtener la beca bartolina para continuar sus estudios en el afamado Colegio Mayor de San Bartolomé en la capital de la Nueva Granada, donde obtuvo su título de Bachiller en Filosofía para continuar sus estudios de Derecho en la Universidad Santo Tomás, donde fueron interrumpidos en 1810 por la revuelta producida a raíz de los acontecimientos que marcaron el inicio de la Independencia del  país.

Muy joven ingresó como voluntario a las filas de los patriotas que buscaban la liberación del suelo patrio y por sus ejecutorias y habilidades demostradas en la lucha por la independencia, ascendió rápidamente de rango en el famoso Batallón 5° de la Unión, siendo designado subteniente abanderado del Batallón de Infantería de Guardias Nacionales.

Después de sucesivas escaramuzas con los ejércitos españoles en las cuales salió vencedor, en menos de un mes fue ascendido al grado de capitán. En enero de 1813 fue herido en combate y hecho prisionero por los realistas durante la Batalla de San Victorino, liberado poco tiempo después y ascendido al grado de mayor, Antonio Nariño lo envía a servir en la campaña de Simón Bolívar en el norte del país donde se le encomienda la tarea de defender los valles de su terruño.

Después de la Batalla de Cúcuta, en la cual no participó, inicia Bolívar su Campaña Admirable, con la que comienza la liberación definitiva de Venezuela.

En 1814, es ascendido a coronel y se repliega con su ejército a los llanos, donde los rebeldes llaneros se niegan a obedecer sus órdenes, pues no aceptaban ser dirigidos por un oficial que no fuera de su región. Fue comandante de la Segunda Brigada de Caballería con la que obtuvo algunasvictorias significativas, como la Batalla de El Yagual.

En 1818, ascendido a general de Brigada, se le encomienda organizar las fuerzas del Casanare para la ofensiva final, lo que ocurrió durante la Batalla de Boyacá cuando los combatientes al mando de Santander fueron determinantes al impedir que las tropas realistas de Barreiro lograran reagruparse y en consecuencia, rendirse ante el ejército patriota comandado por el general Santander.

Durante su vida civil, luego del arduo trajín de la guerra, fue nombrado vicepresidente del Estado de Cundinamarca, también encargado del poder Ejecutivo durante las ausencias de Bolívar, cargo en el que estuvo hasta 1827, año en que recobró su cargo. Posteriormente fue elegido diputado por la provincia de Bogotá, para asistir a la Convención de Ocaña donde defendió los principios republicanos con bases federalistas.

Durante las sesiones de esta Convención, los representantes de Bolívar, trataron infructuosamente que se aprobara la presidencia vitalicia y al no lograrlo se retiraron. El 27 de agosto, Bolívar se autoproclamó dictador, disolvió el Congreso y anulada la Constitución de 1821.

El 25 de septiembre se dio la llamada conspiración septembrina, en la que se culpó a Santander, sin embargo, el tribunal constituido para investigarla no encontró méritos que lo inculparan, exonerándolo de toda responsabilidad, lo cual no gustó a Bolívar quien destituyó a los miembros del tribunal y nombró en su reemplazo al general Urdaneta como único juez y como era de esperarse, encontrado culpable, sentenciado a muerte, más tarde perdonado y finalmente desterrado. Fue presidente de la Nueva Granada primero como interino y luego en propiedad.

Como tal, su mayor preocupación fue la educación pública, creó veinte grandes colegios en las principales ciudades de las provincias, todos ellos continúan hoy impartiendo la instrucción para la cual fueron fundados.

Falleció en la capital de su país a los 48 años, el 2 de mayo de 1840. Tenía 48 años de edad.

 

Redacción
Gerardo Raynaud D.
gerard.raynaud@gmail.com

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