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Daniel Jordán: ¿subversivo?
En Cúcuta fueron detenidos, acusados de subvertir el orden y enviados en avión expreso a la capital, el presbítero Daniel Jordán, el representante conservador Lucio Pabón Núñez y el médico Luis Enrique Moncada.
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Sábado, 22 de Junio de 2024

El muy aguerrido y batallador padre Daniel Jordán, defensor de la fe cristiana y de los ideales del partido Conservador colombiano, reconocido presbítero y párroco de la iglesia de San José para la época de los hechos, años antes de su erección como catedral, acto que se dio en mayo de 1956 cuando aprobada por la Santa Sede, se fundó la Diócesis de Cúcuta.

Pero en marzo de 1945, fecha de ocurrencia de los hechos que paso a narrarles, el padre Jordán era el vicario de la parroquia de San José, y acostumbraba a realizar frecuentes viajes al centro del país, en asuntos relacionados con las obras de embellecimiento del Templo, viajes que solía aprovechar para escribir los editoriales de El Siglo y para decir la santa misa en las iglesias de Santa Fe y sostener con leyes sagradas el derecho a oficiar en parroquias distintas, como así ocurrió,  dándose en estos casos amplia publicidad y como es sabido por todo el mundo, el padre Jordán ha seguido la política preconizada por el periódico El Siglo, cuyo director era el dirigente conservador Laureano Gómez. Por la fecha que antes señalamos se dieron varios actos de alteración del orden público y de conspiraciones contra las autoridades legítimamente elegidas, uno de los cuales fue develado cuando los detectives localizaron  varios cientos de bombas explosivas y granadas de mano en el coro de la Catedral de Bogotá.

Según relatan las crónicas de la época, el hallazgo de las bombas en la Catedral Primada, causó la natural y extraordinaria sensación entre la población capitalina e inmediatamente el Gobierno procedió a tomar las medidas que aseguraran la tranquilidad en todo el país.

Los gobernadores fueron informados al momento de la situación y se les impartieron instrucciones precisas ya que desde el primer momento, el gobierno nacional se dio cuenta que esta nueva conspiración tenía ramificaciones en gran parte del territorio de la república. El ministro de guerra, general Domingo Espinel, mantuvo permanente comunicación con las  principales guarniciones del país e informa que en todas ellas la situación es de completa normalidad.

Para tranquilizar a la ciudadanía de toda la nación, el gobierno nacional por intermedio del ministerio de gobierno, dio a conocer un primer comunicado con los detalles preliminares del movimiento que acababa de abortar y a su  vez, al día siguiente, el Arzobispo Primado de Colombia monseñor Ismael Perdomo Borrero expidió el siguiente comunicado:”…el Arzobispo de Bogotá al clero y a los feligreses de la Arquidiócesis, dolorosamente sorprendidos y amargados por el hecho delictuoso y sacrílego de que se hubiesen depositado en el coro de la Basílica Primada de Bogotá, sobre la capilla que se reserva al Santísimo Sacramento, varios centenares de bombas explosivas, hecho plenamente comprobado de vista por varios funcionarios eclesiásticos y civiles y por un numeroso grupo de testigos, reprobamos y condenamos la violación del lugar sagrado y los fines criminales, cualesquiera que hayan sido, que movieron a los autores del execrable acto. Como lo hemos hecho en ocasiones anteriores, reiteramos ahora, conforme a la doctrina de la iglesia, la reprobación de todo movimiento subversivo contra las autoridades constituidas o de cualquier manera atentatorio contra el orden público. Nos reservamos imponer las sanciones canónicas convenientes a quienes se compruebe hayan sido responsables del acto criminal. Invitamos al clero y a los fieles de nuestra arquidiócesis a ofrecer homenaje de reparación…por el sacrilegio cometido y por el escándalo que con él se ha ocasionado y a darle gracias por el beneficio de habernos  librado del grave peligro que nos amenazaba”.

En desarrollo de las investigaciones, fueron arrestados más de sesenta personajes a quienes se consideran gravemente comprometidos, en ellos varios oficiales superiores ya retirados del servicio activo, varios oficiales subalternos en servicio y otros, en su mayoría civiles.

A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades reportaban completa calma y normalidad en el país; mientras tanto en Cúcuta y por orden de las autoridades competentes de Bogotá, fueron detenidos, acusados de subvertir el orden y enviados en avión expreso a la capital, el presbítero Daniel Jordán, el representante conservador Lucio Pabón Núñez y el médico Luis Enrique Moncada.

Aunque el padre Jordán  intentó oponerse a la orden de captura dada su condición eclesiástica y por el fuero establecido en el Concordato, finalmente accedió a concurrir con las autoridades al comando de la policía nacional, por entonces a espaldas de la gobernación, en la esquina de la avenida cuarta con calle catorce y de allí al aeródromo en compañía de sus colegas de detención. También fue detenido el periodista conservador Tomás Quiñones Uribe, pero dejado en libertad poco tiempo después.

Esta operación se hizo dentro del mayor sigilo. La ausencia del sacerdote no trascendió de inmediato, razón por la cual, empezaron a circular rumores de la más variada especie. En un momento dado se dijo que se encontraba en la ciudad de Cali a donde había viajado en compañía del sacerdote Pedro José Ortiz y del padre Duarte de Pamplona y que habían sido detenidos por haber viajado sin los salvoconductos del gobierno.

El hecho es que tanto el padre Jordán como sus compañeros de detención estuvieron  encarcelados hasta que se comprobó que no tenían relación con las jornadas subversivas que por esos días alborotaban el avispero político. Todo el problema se circunscribía a las homilías encendidas en contra del gobierno liberal que por esos días detentaba los hilos del poder, desde el púlpito de la principal iglesia de la ciudad, en sus célebres y muy esperadas misas dominicales y los no menos cáusticos editoriales que publicaba en periódico El Siglo, donde su mentor no perdía oportunidad de irse en contra de las decisiones del gobierno de oposición del presidente Alfonso López Pumarejo.

 

Redacción
Gerardo Raynaud D.
gerard.raynaud@gmail.com

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