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Históricos
La agonía de la Banda de Música
En los registros históricos de la ciudad, sólo se menciona la banda de música a partir del momento de la creación de la Escuela Departamental de Música.
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Sábado, 9 de Diciembre de 2023

Poco tiempo después de su erección como Villa, se formó en la ciudad la primera banda de música que informalmente la componían aficionados a las artes musicales y que se reunían  sin más interés que disfrutar de momentos de esparcimiento y disfrute personal.

En los registros históricos de la ciudad, sólo se menciona la banda de música a partir del momento de la creación de la Escuela Departamental de Música de la que haremos mención más adelante.

Sin embargo, en la villa de San José, en sus inicios desde finales del siglo XIX hasta el comienzo de la Guerra de los Mil Días y luego, ya más consolidados los gobiernos regionales, luego de la formalización de la nueva división política del país, el gobierno del Norte de Santander, promovió dentro de sus limitaciones presupuestales, la creación de una Banda de Música que acompañara los distintos actos, oficiales y privados.

Ahora bien, antes de iniciar el recuento histórico de lo sucedido con la agrupación musical adscrita al Departamento que se menciona en el título, antes de la creación de un instituto de desarrollo musical,  veamos cómo evolucionó esta actividad.

Sólo hasta 1939, la Asamblea Departamental expidió la Ordenanza 39, mediante la cual se impulsaba la cultura musical y propendía por el fomento de las capacidades artísticas de la población que, sin duda, era una afición del pueblo, pues al decir de las crónicas primitivas, “la música y el baile son su vocación, y rara es la casa donde al caer la noche no suena un piano con las marcadas cadencias del valse, o un arpa maracaibera, o por ventura, dos voces de timbre juvenil unidas para cantar trovas de amor”.

Esa Ordenanza creaba la Escuela Departamental de Música, a la que posteriormente se le anexaría la Banda Departamental. Como la actividad cultural tomó tanto auge en todos los escenarios de las principales ciudades del departamento, la Gobernación del doctor Gonzalo Rivera Laguado se propuso impulsar la construcción de una sede para albergar todas las expresiones artísticas que venía desarrollando la Escuela y fue así como, en 1961, fue inaugurado el principal centro cultural del Departamento, hoy desalojado y entregado a la Universidad de Pamplona, para la realización de sus actividades académicas.

Pero regresando a nuestro tema original, veamos lo sucedido en 1914, con la entonces Banda de Música, con la que se amenizaban los actos oficiales, tanto de la Gobernación como de la alcaldía y en particular, las inauguraciones y clausuras de las instituciones educativas y de otras organizaciones que acudían a ella para deleitarse con los acordes de sus instrumentos, así como todas las presentaciones políticas, militares y religiosas que se escenificaban en la ciudad.

En las postrimerías del año anterior, se corrió el rumor sobre la eliminación de la Banda de Música de la ciudad, tal como fue publicado en una de esas columnas de chismes en la que se decía “a causa de haber resuelto el Departamento suspender el pago del auxilio que le había concedido”. Como es apenas de esperarse, no tardaron en aparecer las voces de protesta en contra de esa disposición que según los manifestantes “afectaba directamente el buen nombre de Cúcuta y ojalá se procure remediar el caso  y no quede de esta época el ingrato recuerdo de haber acabado con algo de lo muy poco bueno con que –a Dios gracias- contamos”.

Días más tarde, otra nota fue remitida al interdiario El Trabajo y el comentario publicado dice textualmente: “…en el asunto de la Banda de músicos, que por una u otra causa agoniza, nos dice un alto empleado de la Gobernación que la mala voluntad de zanjar la cuestión, existe de parte de los profesores que están empleados en el filarmónico cuerpo.

Y como esta hoja se basó para tratar del caso en informes precisos, que le fueron traídos por individuos principales de la Banda, nos permitimos excitar al señor Director de ésta a que explique públicamente el porqué del conflicto. Tiene estas columnas a sus órdenes”.

El hecho, al parecer, no trascendió más allá de algunos días y la normalidad se restableció para el año siguiente, continuando su funcionamiento como si nada hubiese sucedido. Tal vez, por la intervención de un conocido músico local quien intervino en nota enviada al señor director del periódico El Trabajo, tras la publicación de la nota anterior.

Dice la carta del maestro Elías M. Soto: “…sorprendidos nos quedamos con la lectura en su importante e indispensable bisemanario, del suelto aquel sobre la Banda de músicos y no entienden los profesores ni yo tampoco, el verdadero espíritu del cargo; si lo que quiere decir es que la Banda misma es la culpable de su agonía, el concepto nos parece temerario, pues es público el esfuerzo que ella viene haciendo de tiempo atrás en la Comandancia, el Ministerio, la Gobernación y la Asamblea, no sólo por conservarse y aumentar su personal sino por perfeccionarse, distinguirse y hacerse digna del rango que la caracteriza.

“O si lo que da a entender es que se está disolviendo porque los músicos no aceptan la rebaja de sueldo que se les propone, eso sí es cierto; pero entonces zanjar la cuestión, no es que ‘la mala voluntad existe de parte del filarmónico cuerpo’, como dice el alto empleado de la gobernación; sino que al revés, en el alto empleado de la Gobernación, como dice el filarmónico cuerpo, existe parte de la mala voluntad.

Y según carta que un amigo acaba de mostrarnos, este mal que aflige a nuestra Banda está azotando a la vez a las otras Bandas de la República, de modo que se trata de una epidemia melódica y cuyo remedio no existe en el filarmónico cuerpo, sino en cuerpo filarmónico, el oro.

Agradecemos  a usted, señor director, su generosa atención y mientras vienen tiempos mejores seguimos con nuestra música, pues dice el refrán que ‘quien canta sus males espanta’.”

Al parecer y según lo expresado por el maestro Soto, todo se debió a una propuesta de rebaja de sueldos, situación muy común en esos tiempos de escasez de recursos.

Redacción
Gerardo Raynaud D.
gerard.raynaud@gmail.com

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