El Reino Unido presentó su transición ecológica para el sector del transporte, con la prohibición en 2040 de la venta de nuevos camiones de gasolina y gasóleo, y la llegada de aviones limpios a los cielos si la tecnología lo permite.
El ministerio de Transportes aseguró en un comunicado que su objetivo es que todo el transporte sea neutro en carbono para 2050.
El primer ministro Boris Johnson ya había decidido adelantar la prohibición de la venta de nuevos coches y furgonetas de gasolina y diésel de 2040 a 2030.
Y ahora su gobierno ha decidido que los camiones de más de 26 toneladas que utilicen combustibles fósiles estarán prohibidos a partir de 2040. Para los que pesan entre 3,5 y 26 toneladas, la fecha será 2035.
Además, la flota gubernamental de 40.000 coches y furgonetas será totalmente eléctrica en 2027, tres años antes de lo previsto.
En el sector del transporte aéreo, el ejecutivo de Johnson pretende conseguir la neutralidad de las emisiones de carbono en los vuelos nacionales y en todos los aeropuertos de Inglaterra para 2040, y en los vuelos internacionales para 2050."Es un gran reto, no cabe duda", reconoció el ministro de Transportes, Grant Shapps, en Sky News. "Son los cambios más profundos que jamás hayamos visto en nuestra red de transportes", afirmó.
Los compromisos medioambientales del Reino Unido son objeto de un creciente escrutinio, ya que el país acoge la conferencia sobre el clima COP26 en Glasgow en noviembre.
La organización patronal CBI acogió con satisfacción las medidas, pero advirtió que deben ir "acompañadas de planes creíbles para acelerar el desarrollo de tecnologías limpias, como el hidrógeno y los combustibles de aviación respetuosos con el medio ambiente".
Matthew Fell, uno de sus responsables, añadió que el país necesita desarrollar una infraestructura a gran escala para los puntos de recarga de vehículos eléctricos.
Más crítica, la oenegé ecologista Greenpeace lamentó que la visión del gobierno "parece seguir limitada al transporte por carretera". En cuanto a la aviación, alcanzar los objetivos "sólo con los avances tecnológicos es una apuesta muy grande", según su responsable Doug Parr.
"Todo el mundo se alegrará si esto ocurre, pero necesitamos un mecanismo para reducir las emisiones si estos avances no se materializan", subrayó.