El ambiente de violencia y miedo volvió a sentirse esta semana en Villa del Rosario, por cuenta de dos asesinatos ocurridos en la entrada de la trocha Los Mangos, en La Parada, y el más reciente, en la parte alta del barrio Galán, la noche del jueves.

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Los violentos siguen ingeniándoselas para hacer de las suyas sin que las autoridades puedan reaccionar para evitar estos hechos de sangre.

A las 10:40 de la noche del jueves, a la calle 32 con carrera 16, del barrio Galán, llegó un pistolero para acabar con la vida de Johan Javier Espitia Suárez, conocido como ‘Yeyo’.

El hecho ocurrió cuando la víctima estaba tocando la puerta de su casa para ingresar a la vivienda, por lo que el homicida aprovechó para acercársele y dispararle.

Espitia recibió un balazo en el cuello y dos en el abdomen, por lo que de inmediato cayó al piso mientras que el asesino huyó del lugar con rumbo desconocido.

 “Nosotros estábamos acostados y escuchamos que él (‘Yeyo’), tocaba la puerta de la casa en la que vivía junto con su mamá. Mientras que le pedía que le abriera, le estaban disparando. Oír eso es muy cruel, pero no salimos por miedo”, recordó una habitante del sector.

Cuando la mamá de ‘Yeyo’ salió encontró a Johan Javier en el andén, ensangrentado y agonizante, por lo que les pidió ayuda a sus vecinos, que de inmediato alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta. Minutos después, una patrulla arribó al sitio y lo trasladó al Hospital Jorge Cristo Sahium, del municipio histórico, donde finalmente murió.

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Los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaron de la inspección en la escena del hecho y del levantamiento del cadáver.

De manera extraoficial se conoció que, Espitia, de 27 años, había sido detenido hace algunos meses por fabricación, tráfico o porte de estupefacientes, por lo que las autoridades indagan si esto tiene alguna relación con el asesinato.

El temor en las trochas

El martes en la mañana, en la entrada de la trocha Los mangos, las autoridades hallaron el cadáver de un hombre, entre los 30 y 35 años, que hasta el cierre de esta edición no había sido identificado.

En medio de las pesquisas, los investigadores conocieron que sobre las 11:30 de la noche del lunes se oyeron los tres disparos que recibió la víctima en la cabeza y el pecho, pero nadie se acercó a verificar qué había pasado, por temor.

El hombre asesinado tenía marcas de presión en los antebrazos y su ropa tenía barro, por lo que se cree que lo pasaron desde el territorio venezolano para asesinarlo a este lado de la frontera.

El hallazgo se dio a las 5:30 a.m., cuando algunas personas que transitaban por la trocha vieron el cadáver y de inmediato alertaron a la Policía

La Brinho arribó a ese punto de La Parada, alrededor del puente internacional Simón Bolívar, e inició la inspección técnica, encontrando dos vainillas calibre 9 milímetros, marca Cavin.

“Lo que se sabe es que, presuntamente, el hombre sería un maletero que trabajaba en esta zona, llevando  mercancía y consiguiendo pasajeros para los buses y taxis que se paran acá diariamente”, contó una fuente judicial en ese momento.

Las autoridades tratan de esclarecer el hecho, para saber si el Eln o el Tren de Aragua tendrían algo que ver con el homicidio.

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