La alegría y la honestidad que caracterizaban a Emel Antonio Arévalo Santander, un reconocido mecánico y electricista que trabajó durante más de 15 años en el barrio La Ínsula, justamente donde lo asesinaron en octubre del año pasado, siguen dejando un vacío entre familiares y conocidos de la víctima, pues hasta el momento no hay ningún capturado.
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El crimen se dio en medio un intento de fleteo al que Arévalo intervino atacando a uno de los delincuentes con un repuesto de carro que tenía en sus manos en ese momento, para evitar que atracaran a un camionero, al que venían siguiendo desde un centro comercial cercano.
“Él estaba arreglando un carro en ese momento y cuando vio que iban a atracar al otro señor, les lanzó el repuesto y uno de los asaltantes se cayó de la moto, pero cuando se paró le disparó”, explicó un familiar de la víctima.
Aunque Emel Antonio fue trasladado al Hospital Universitario Erasmo Meoz finalmente murió horas después.
El suceso paralizó las labores comerciales al mediodía de 25 de octubre del año pasado, en este popular sector de la ciudad, sobre la avenida 6 con calle 0B de La Ínsula.
Una moto sin rastro
El pistolero que acabó con la vida del mecánico dejó abandonada la motocicleta en la que se movilizaba y, al parecer, huyó junto con su cómplice en otra moto, sin poder robarse los 2.5 millones de pesos que había retirado el camionero, minutos antes.
Los investigadores judiciales inspeccionaron el vehículo para tomarle rastros a las huellas del presunto responsable.
Sin embargo, los familiares de la víctima aseguraron que hasta el momento no se conoce ningún avance en la investigación ni tampoco la identidad de la persona que le quitó la vida a su ser querido.