Jorge Luis Delgado Blanco valora hoy más la vida que cualquier otro día. Mientras permanece acostado en una cama del Hospital Erasmo Meoz, con un proyectil dentro de su cabeza, por cuenta de una bala perdida, el maestro de construcción le agradece insistentemente a Dios por salvarlo de la muerte.
“Esta es una segunda oportunidad que me dio la vida. Ahora hay que seguir adelante”, dijo Delgado.
Todo indica que la noche del domingo, cuando la víctima estaba en su casa, ubicada en la calle 14A con avenida 23, del barrio Nuevo Horizonte, fue impactado por una bala perdida que entró por el techo de la vivienda.
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“Yo ya estaba acostado co mi hija y de repente escuché un ruido, entonces me paré y llegué hasta la puerta de la sala y cuando estaba mirando, sentí que algo me impactó y ahí empecé a botar mucha sangre”, dijo.
Su hija, de 10 años, de inmediato le buscó algodón y trató de limpiarle la herida, con evidentes gestos de pánico y desesperación.
Sin embargo, rápidamente Jorge Luis llamó a uno de sus familiares que vive cerca para que lo auxiliara y así lo trasladaron al centro médico, donde continúa bajo observación.
Delgado aseguró que alrededor de su casa no había nadie, por lo que no cree que haya sido en un intento de robo. Además, dijo que algunos vecinos oyeron varios disparos al menos a cinco cuadras de su vivienda. Por ello, no se descarta que uno de esos haya sido el que entró por el techo.
Por ahora, Delgado está a la espera de un examen para que los médicos tomen la decisión de retirarle el proyectil que, al parecer, no afectó el interior del cráneo.
Uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta adelantan las pesquisas del hecho, así como los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) que se encargaron de la inspección en el lugar.
El papá de Delgado, describió como un milagro el hecho que su hijo, de 35 años, esté vivo y no haya sufrido una herida más grave. “Yo llegué acá a la casa tan pronto supe, pero a mi hijo se lo llevaron para el hospital. Obviamente se siente miedo, pero es un milagro que no le haya pasado nada grave”, dijo.
El familiar mostró el orificio que quedó en el techo de la casa, por lo que está convencido que se trató de una bala perdida.
Asimismo, invitó a las personas a que no hagan tiros al aire, para evitar estos hechos, que pueden causar una muerte a personas que no tengan nada que ver.
Cabe recordar que a principios de este año, en la calle 17 entre avenidas 4 y 5, del barrio Ospina Pérez, en la ciudadela Juan Atalaya, un menor de 3 años fue impactado con una bala perdida, mientras su mamá lo estaba bañando en el patio de la vivienda.
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