En su casa, ubicada en Los Patios, Carmen Rubiela Álvarez volvió a escuchar la voz de su hija Maranyeli Michel Chacón Álvarez, y la vida se reinició. La joven estaba desaparecida junto a otras cinco colombianas en Veracruz, México.

La madre habló en exclusiva con La Opinión y contó detalles de la angustia que vivió tras conocer que su hija, de 20 años, viajó y desapareció en el país azteca.

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En la entrevista la mujer reveló que, aunque había estado pendiente de las noticias sobre el caso, solo pudo confirmar el estado de su hija tras recibir una llamada, donde oyó la voz de su ‘negra’, como le dice de cariño.

“Ella estaba en crisis, lloraba y gritaba, pero al menos pude escuchar su voz. Estaba en shock. Yo tampoco sabía cómo reaccionar pero oírla era un alivio porque sabía que estaba con las autoridades”, relató la mamá, aún conmocionada por el suceso que confirmaba su libertad.

Así comenzó todo

Maranyeli Michel, vivía en Los Patios en casa de su mamá, pero en junio, ante la insistencia de encontrar un trabajo para sostener a su hijo de tres años, le comunicó a la familia que viajaría a Medellín para trabajar. 
“Ella me dijo que unas amigas le habían conseguido trabajo. Y como acá yo le había pedido que hiciera algo por aportar a la casa después de que no quiso seguir estudiando”, contó la mamá.

La joven de 20 años, estudió hasta séptimo grado en el colegio Luis Carlos Galán del barrio San Rafael, en Cúcuta pero no continuó. Ante la insistencia de la mamá pasó a validar los estudios en otra institución pero quedó a mitad de camino.

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Por eso, el 26 de junio Maranyeli Michel se fue sola en bus con rumbo a la capital de Antioquia y desde allí mantenía constante comunicación con su mamá y su pequeño de 3 años.
Desde entonces, la madre suponía que su hija seguía en Medellín, sin saber en qué momento viajó a México.

El último contacto que tuvo con su hija fue el 25 de septiembre, justo antes de que desapareciera. Desde entonces, la angustia se apoderó de la familia tras la espera de noticias.

“Ese miércoles yo le envié fotos del niño en el jardín y ella me respondió tardecito, pero lo vi normal. Se despidió diciendo que saldría a buscar lo del almuerzo del siguiente día y no volví a saber de ella”, contó.

La angustia

Pero tras varios mensajes después y de insistentes llamadas, comenzó la angustia de la desaparición de su hija. Fue el sábado 28 de septiembre, cuando una amiga la contactó para informarle que varias jóvenes, incluida su hija, habían sido secuestradas en México. 

“Entré en pánico. No sabía qué hacer”, admitió la mamá.

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Tras ser agregada a un grupo de WhatsApp donde estaban los familiares de las otras jóvenes, se fue enterando de cosas que nunca su hija le contó y tras la presión de exigencias económicas, con valentía, la madre decidió denunciar el caso ante las autoridades locales y a través de redes sociales; así lo empezaron a hacer las otras mamás, lo que generó una ola de apoyo y atención mediática.

“Era necesario hacer algo. No podía quedarme de brazos cruzados”, afirmó.

La mujer asegura que desconoce a todas las demás jóvenes reportadas desaparecidas con su hija y hasta desconoce en qué momento ella dejó el país.

A pesar de la liberación de su hija, tras la mediación de las autoridades colombianas, la madre expresó su preocupación por el futuro y por las secuelas que esto deje en ella y su familia. “Quiero que regrese a casa, que estemos juntas de nuevo y que podamos sanar esta herida”, concluyó.

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