Marcos Eduardo Mendoza Castro recibió tres disparos, dos en el abdomen y uno en una pierna, luego de que forcejeara con dos ladrones que le intentaban robar un bolso.
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El hecho se presentó sobre las 6:30 de la tarde del jueves, en la avenida 5 entre calles 23 y 24, del barrio Ospina Pérez.
El comerciante, de 35 años, según familiares, comparte con sus hermanos la propiedad de varias viviendas de la cuadra, por lo que siempre permanece en el lugar donde fue atacado por uno de los delincuentes.
El hecho
Marcos Eduardo, contó un familiar, tiene la costumbre de sentarse en un andén y esperar a que pase algún vecino para hablar con él, pues, como es una persona conocida en el sector, siempre hace lo mismo.
Sin embargo, el jueves, al estar sentado en ese lugar, lo convirtió en blanco fácil para dos ladrones que iban en motos Suzuki GN.
Según se conoció, cuando el comerciante se encontraba distraído, llegaron los desconocidos.
Los motorizados frenaron a pocos metros de donde estaba Mendoza Castro y solamente se bajó uno. La víctima estaba distraída y cuando reaccionó, vio al delincuente frente a él y jalándole el bolso.
En medio del desespero, la víctima intentó meterse al porche de la casa, que estaba a su espalda y donde se encontraba su esposa, pero el hombre lo sacó a la fuerza. Luego de varios segundos de forcejeo, el delincuente le disparó en tres oportunidades.
Marcos Mendoza cayó al piso gravemente herido, por lo que el atracador aprovechó, le quitó el bolso y huyó con su cómplice, bajo la mirada de familiares y vecinos.
Pese a que el hecho se presentó en un sector comercial de esta zona de la ciudadela de Juan Atalaya, nadie se atrevió a auxiliarlo, por lo que el comerciante debió esperar a un hermano que se encontraba a pocas cuadras del lugar de los hechos.
Como los dos hermanos habían hablado minutos antes del atraco, el familiar no se encontraba muy lejos y al recibir la noticia, se devolvió rápidamente para socorrerlo.
Su esposa salió de la residencia para auxiliarlo y junto con su cuñado, lo montaron en un carro, para transportarlo al Policlínico de Atalaya, donde fue trasladado al Hospital Universitario Erasmo Meoz, por la gravedad de las heridas.
Un hermano de Marcos Eduardo le aseguró a La Opinión que la víctima no tenía amenazas y si se la pasaba sentado ahí era por la costumbre de estar pendiente de las viviendas de su propiedad, por lo que no descarta que los delincuentes se hallan valido de esta conducta para cometer el hecho.
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