En el rostro de la esposa de Wilson Henry Acosta Mendoza, como fue identificado el hombre asesinado el sábado, en la vía que conduce hacia San Faustino, zona rural de Cúcuta, se refleja tristeza y frustración tras perder a su ser querido.

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Entre los gestos de dolor, la mujer solo encuentra consuelo al abrazar a dos de sus seis hijos, sin poder explicarles los motivos que desencadenaron la acción de los violentos en esta zona de frontera.

Precisamente, la compañera de la víctima recordó que durante los últimos meses, Acosta, de 56 años, estuvo trabajando con contrabando de mercancías desde el territorio colombiano hacia Venezuela, a pesar de conocer los riesgos a los que se sometía.

“Él era una persona maravillosa. En los últimos meses estuvo pasando cosas en la frontera y aunque se sabía que era un trabajo riesgoso, no había otra opción para laborar”, recordó la mujer en medio de lágrimas.

El homicidio

El último rastro que ella tuvo de Wilson Acosta fue en la mañana del sábado, cuando él madrugó, se alistó y salió de su casa, ubicada en territorio venezolano, para irse a trabajar pasando mercancías por el río Pamplonita, como lo hacía a diario.

Hacia las 12:00 del mediodía, unas personas llegaron a la casa de la mujer y le aseguraron que en la vía a San Faustino habían asesinado a un hombre, que se desplazara hasta el lugar para confirmar si se trataba de Wilson Henry.

Al escuchar esas palabras, la mujer entró en un momento de desesperación y angustia, pues tuvo el presagio de que se trataba de su ser querido, por lo que de inmediato cruzó la frontera y llegó hasta una finca, muy cerca del río Pamplonita, donde lo encontró sin vida, con tres impactos de bala en la cabeza y el pecho y con sus manos amarradas.

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“Yo primero me puse en contacto con las autoridades venezolanas, pero me dijeron que ellos no podían atravesar la frontera, que si encontraba el cuerpo de mi esposo en el lado colombiano, alertara a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc)”, contó la mujer.

Debido a la compleja situación de seguridad en ese corredor vial, que es disputado por dos grupos armados ilegales, los empleados de una funeraria recogieron el cadáver y lo trasladaron al Instituto de Medicina Legal.

Escenario de muerte

La vía hacia San Faustino sigue siendo el escenario perfecto para que los delincuentes cometan asesinatos sin dejar testigos ni rastros, pues los habitantes de esta zona rural, que está a pocos minutos del casco urbano de Cúcuta, no se atreven a mencionarles ningún detalle a las autoridades para evitar ser blancos de los grupos armados ilegales que delinquen en el sector.

En lo corrido de este año se han registrado ocho homicidios en este lugar, lo que deja entrever que la histórica afectación de violencia y de movimientos delictivos de narcotráfico y extorsiones, además de contrabando, siguen vigentes en este sector, bajo un nulo control de las autoridades.

Algunos asesinatos recientes

El 8 de agosto fue hallado un menor, de 15 años, tendido sin vida en la vía a San Faustino, a la altura del barrio San Gerardo. A la víctima la habrían pasado desde territorio venezolano para asesinarla.

Los cadáveres de dos hombres fueron encontrados hacia las 4:00 a.m., del sábado 5 de agosto. Las edades oscilarían entre 20 y 25 años. Los dos vestían camisetas de colores negro y gris y, yín.

Robinson Mora Osorio fue asesinado en la vereda La China, de San Faustino, el miércoles 19 de julio. Él y sus amigos Juan Gabriel Duarte Vega y Geovanny Vargas Angarita, quienes también fueron asesinados en diferentes lugares, fueron secuestrados el día anterior en el sector Las Chiveras, de Ureña (Venezuela).

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