El mes de diciembre apenas comenzaba, y el ambiente en las calles era el de siempre: pólvora estallando por todos lados, música retumbando en las casas y una alegría que se sentía en el aire.

Parecía una noche normal de fiesta, hasta que el sonido de varios disparos cambió todo en un segundo.

La celebración se transformó en silencio y confusión cuando se supo que, en el barrio San Rafael, dos jóvenes habían sido asesinados.

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Eran las 5:20 de la mañana cuando Jhonnier Smith González Conde y Brandon Argenis Vega Benítez, ambos de 25 años, salían del centro comercial Bolívar, en donde se encontrarían departiendo, con rumbo hacia sus casas. Los dos jóvenes se movilizaban en una motocicleta marca Bóxer.

Con lo que no contaban era que, llegando a una de las viviendas, en la calle 24 con avenida 3A del barrio San Rafael, otros dos hombres aparecieron a bordo de una motocicleta.

Sin mediar palabra, éstos empezaron a dispararle a los jóvenes en repetidas oportunidades logrando propinarle a Jhonnier Smith siete balazos y a Brandon Argenis, cinco. Al parecer, los vendrían siguiendo desde que salieron del centro comercial.

Mientras sus agresores huían con rumbo desconocido, las víctimas cayeron tendidas en medio de la carretera.

Algunos familiares y amigos se percataron del hecho y corrieron a auxiliarlos trasladándolos hasta la Unidad Básica de Puente Barco, pero los médicos confirmaron que habían llegado sin signos vitales.

Al lugar de los hechos llegó la Policía Metropolitana de Cúcuta junto con la Brigada Interinstitucional de Homicidios a realizar la inspección técnica y el levantamiento del cadáver. Allí se encontraron siete vainillas y un proyectil deformado.

¿Ajuste de cuentas?

Según las autoridades, el doble crimen se habría presentado por un ajuste de cuentas por temas relacionados con el tráfico de estupefacientes.

Al parecer, los jóvenes serían consumidores de droga desde hacía muchos años y estarían involucrados con el expendio de esta en la Comuna 10.

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“Muchos muchachos que son adictos a ese veneno, son instrumentalizados para que terminen vendiendo la droga y así es como empiezan a hacer parte de ese mundo”, comentó un residente del barrio.

Añadió que “son pelados criados en este barrio y Santo Domingo, son de esta zona, uno los ha visto crecer. A Brandon lo habían enviado a rehabilitación por allá en Cundinamarca pero duró como seis meses no más y pidió que lo sacaran de allá, pero aquí siguió con las mismas andanzas”.

Las autoridades continúan adelantando las investigaciones pertinentes, revisando cámaras de seguridad para establecer quiénes están detrás del hecho que hoy enluta a dos familias.

A pesar de que se hablaba de una confrontación entre bandas delincuenciales en la Comuna 10, no descartan que el problema esté relacionado con el sector en el que se encontrarían departiendo.

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