Los familiares de María Zenaida García Fiallo, su esposo Carlos Alberto García García y su hija Evaluna, de 10 años, oriundos de Sardinata, tuvieron que pasar otro capítulo ‘amargo’ en sus vidas, tras ser secuestrados la noche del miércoles, por un grupo de hombres armados, en Ciudad Juárez (México), en medio de su camino hacia el ‘sueño americano’.

Desde el momento en que se conoció el hecho, los familiares en Cúcuta, buscaron ayuda de las autoridades colombianas para llamar la atención de la Cancillería, pero todo parecía pasar en vano.

Sin embargo, el secuestro que se dio en un hotel, en el que también fueron raptadas otras seis personas, se difundió en México, por lo que las autoridades de ese país estaban al tanto y en busca de las víctimas.

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Precisamente, la tarde de ayer, se conoció que la Policía mexicana encontró a la familia García, sana y salva, por lo que esto trajo alegría y tranquilidad a sus familiares.

La sombra de las tragedias

Las tragedias y los hechos dolorosos se resisten a alejarse de la familia García. Primero tuvo que soportar la muerte de Cristian Sebastián, un niño de 6 años, que, aunque luchó contra el cáncer, no pudo sobrevivir por la falta de una atención adecuada y por el desprecio del Gobierno y de la EPS Saludcoop, donde estaba afiliado. 

María Zenaida García Fiallo, su esposo Carlos Alberto García García y su hija Evaluna, de 10 años, una familia de escasos recursos, decidieron vender las pocas pertenencias que tenían, para viajar a Estados Unidos y así tener una mejor calidad de vida, ahora pasa por uno de los peores capítulos.

Carlos Alberto trabajaba haciendo trasteos en su camión, pero por el alza del costo de la gasolina y las pocas oportunidades, los ingresos cada vez más iban disminuyendo, por lo que decidió vender el vehículo, con el fin de costear el viaje, para él y su esposa e hija hacia México, para finalmente llegar a su destino.

El sábado 19 de agosto viajaron hacia Cancún y allí todo parecía normal, disfrutaron de las playas de ese destino turístico, mientras que indagaban con algunas personas en sus alrededores de cómo podían buscar una cita en Migración para poderse entregar a las autoridades.

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En ese momento, les aconsejaron viajar hasta Ciudad Juárez para estar más cerca de la frontera, por lo que al día siguiente, llegaron allí y se hospedaron en el hotel San Miguel, donde se originó la pesadilla.

La última vez que tuvieron contacto con sus familiares en Cúcuta fue sobre las 6:15 de la tarde del miércoles, a través de una videollamada en la que Carlos Alberto les manifestó que todo estaba bien y que estaban esperando la cita con las autoridades migratorias.

Sin embargo, tres horas después, cuatro hombres armados y vestidos de negro ingresaron al hotel y secuestraron a nueve personas, entre estas, a Carlos Alberto, María Zenaida y su hija.

Una familia que se alcanzó a esconder en un baño y que conocía a los García, de inmediato alertó a sus seres queridos en Cúcuta, por lo que allí se iniciaron los momentos de desespero.

Sin embargo, ahora se espera el retorno de los recién liberados para que se reencuentren con sus familiares y que todo quede en feliz término.

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