Los contrabandistas y trabajadores de una obra por el Anillo Vial Oriental, se percataron a las 6:30 de la mañana de ayer, de una nueva escena macabra en la trocha conocida como La 51, en Boconó.
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Un hombre, que hasta el cierre de esta edición no había sido identificado, fue asesinado de cuatro disparos en la cabeza.
El único rastro que dejaron los homicidas fueron las cuatro vainillas calibre 9 milímetros, con las que atacaron a la víctima.
Rápidamente, la escena del crimen fue rodeada por uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta y de los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) que se encargaron de la inspección técnica y el levantamiento del cuerpo.
Los investigadores judiciales presumen que la víctima fue traída desde territorio venezolano hasta este lugar, por el rastro de agua y tierra que tenía en sus piernas.
“Es frecuente que las personas que pasan por estas trochas fácilmente sean traídas hacia este lado (Colombia) y sean asesinadas”, dijo una fuente judicial.
Tatuajes
Aunque el hombre baleado, que tendría entre 30 y 35 años, hasta el cierre de esta edición no había sido identificado, los dos tatuajes que tiene en su cuerpo serán claves para que pueda ser reconocido por sus familiares.
En el brazo derecho tiene marcado el nombre “Keiner”, mientras que en la parte izquierda del pecho también está el nombre “Angelina Noemí”.
La víctima vestía una franela blanca, bluyín y tenis color negro, pero los investigadores judiciales no le hallaron documentos.
El cadáver fue trasladado a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal, a la espera de que los dolientes lo reclamen.