Ya instalado en la Villa Olímpica este martes, concentrado en la 'final' que tendrá ante España este martes, miércoles (en Tokio), por un boleto a cuartos del torneo de fútbol de Tokio-2020, el argentino Facundo Medina seguramente habrá tenido alguno rato para pensar en la otra Villa a la que le guarda cariño, su natal Fiorito, y en todo lo que tuvo que empujar para alcanzar este sueño del que no se quiere despertar.
Probablemente, también le habrán pasado por su cabeza algunas imágenes de su dura infancia, pero en la que guarda la alegría de patear en algún potrero de Villa Fiorito, donde aún están sus amigos, cuando marcó el 1-0 de la victoria frente a Egipto que dejó de pie a Argentina para la tercera fecha de clasificación.
"Sueño con ganar con la Selección", lanzaba Medina, de 21 años, casi repitiendo las palabras de un pequeño Diego Maradona, también criado en ese humilde barrio de la provincia de Buenos Aires, cuando era entrevistado en un potrero de Fiorito y soñaba "salir campeón mundial con la selección".
‘Facu’ juega actualmente en el Lens de Francia. Pero para llegar hasta allí tuvo que luchar contra la corriente muchas veces.
Infancia dura
Su gran presente lo catapultó a la selección absoluta, en la que ya ha compartido vestuario y concentración con Lio Messi, y a la Sub-23 Olímpica de Fernando Batista, la que persigue el tercer oro.
Nacido en Fiorito, Medina aprendió en sus calles, muchas de tierra, a forjar una mentalidad ganadora y de lucha contra la adversidad.
“Haber salido de un potrero te enseña la actitud, la garra, no sentir miedo, confiar siempre en lo que tenés y podés dar, y plasmarlo adentro de una cancha”, explicaba en la prensa argentina antes de viajar a Tokio.
De hecho, alguna vez reveló que de pequeño tuvo que salir a tirar de un carro para cartonear –juntar cartones para venderlos luego por peso-- y ayudar a su familia a llegar a fin de mes de forma más holgada.
"Ahí en el barrio de algo hay que sobrevivir. Tuve que agarrar el carrito y salir a laburar como todos. Iba a cartonear con todos mis tíos. Íbamos de lunes a viernes, era un laburo familiar. Por suerte para comer teníamos, pero había que ir a mover el lomo un rato", revelaba Medina.
"Lo hice hasta los 12 ó 13 años, después me encerré en la pensión de River" Plate, agregaba. “Quizá no le gustaría a nadie salir a cartonear, pero era lo que te hacía ganar unos mangos”, contaba.
Paso por River
Pero tirar de ese carro lo forjó para empujar por sus sueños, a pesar de que alguna vez el fútbol también se lo puso cuesta arriba, cuando fue dejado libre por River Plate y debió salir a buscarse el futuro por otro lado, aunque no guarda rencor de ese episodio.
“River me sacó de la villa (miseria) y me formó como persona. Hay que tener respeto por la institución”, apunta.
El miércoles tendrá su primera ‘final’ grande con la selección, ante la favorita España, super recargada con una base del combinado absoluto de la Eurocopa y refuerzos de lujo como Marco Asensio, al que seguramente Medina deberá anular para mantener vivo su sueño y el de los hinchas argentinos.
"Que el pueblo argentino se quede tranquilo que de nuestra parte, como jugadores y como grupo, vamos a dar lo mejor en cada momento, en cada entrenamiento, en cada partido que nos toque, sea el equipo que sea”, dijo Medina en Tokio, donde hoy duerme soñando con el oro en la Villa Olímpica, tan distinta y tan parecida a su Fiorito natal.
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