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El talento colombiano detrás de Moana 2 en Disney
Inspirada por películas como El Rey León y ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, esta joven paisa encontró en la animación su gran pasión.
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Domingo, 24 de Noviembre de 2024

Los sueños sí se cumplen. Que lo diga Daniela Restrepo, una joven paisa que, desde muy pequeña, se fijó en el trabajo detrás de grandes películas, como El Rey León ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, cintas que dejaron una huella imborrable en la infancia de muchos niños durante la década de los 90 y que revolucionaron el cine de animación tanto en lo técnico como en lo narrativo.

Inspirada por la magia detrás de esa vertiente del cine, estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad de Medellín con la meta clara de, algún día, participar en proyectos taquilleros como los que la descrestaban de niña.

El camino no fue fácil, dice, “pues en Colombia no hay muchas oportunidades laborales en animación”. La vida la llevó a probar suerte en Canadá y hoy, desde Vancouver, es una de las colombianas más destacadas en grandes cintas de Hollywood, aportando su talento como artista de Walt Disney Animation Studios.

En entrevista con Daniela cuenta cómo fue el recorrido para alcanzar su sueño, los desafíos que enfrentó al abrirse paso en una industria tan competitiva y el aprendizaje que la llevó a trabajar en proyectos icónicos como Spider-Verse y, ahora, la esperada película Moana 2.

¿Cuál fue el momento específico que la llevó a enamorarse de la animación digital?

”Si hay una película que siempre marcó fue la de Who Framed Roger Rabbit (¿Quién engañó a Roger Rabbit?). Es una obra que combina animación en 2D con acción real de una manera genial. Ahí puedes ver la animación en su estado más puro, y la forma en que la utilizan es increíble. Desde que vi esa película, cuando era pequeña, se quedó grabada en mi mente. Crecí viendo caricaturas, y todo eso dejó una gran huella en mí.

Siempre estuve muy interesada en el cine, por eso estudié Comunicación Audiovisual y durante ese tiempo tuve dudas sobre si enfocarme en producción o en animación. En la universidad tuve la oportunidad de cursar una materia de animación, y la verdad es que me encantó. Siempre me ha fascinado cómo la animación te permite crear mundos y dar vida a las ideas más locas. Fue ahí donde me enamoré de esta disciplina y decidí seguir profundizando en ella.

Después de terminar la carrera, me especialicé con una maestría en animación. Recuerdo muy bien una ocasión especial: la primera vez que tuve la oportunidad de ir a Walt Disney World. Ver en persona a los personajes con los que crecí, como Mickey, fue increíble.

En ese momento le dije a mi mamá: ‘¿Sabes qué? Algún día voy a trabajar en Walt Disney Animation’. Ella respondió: ‘Si lo dices con tanta determinación, seguro lo vas a lograr’. Y, bueno, aquí estamos. Ese fue un sueño me marcó profundamente y es lo que me impulsó a seguir este camino”.


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¿Cuánto tiempo trabajó para cumplir este sueño?

”No pasó tanto tiempo, aunque en su momento me pareció una eternidad. Me metí de lleno en trabajar por ese sueño desde los 20 o 21 años, y sabía que en Colombia no había muchas oportunidades laborales en animación, pero buscando muy bien, las encontré.

Por ejemplo, tuve la oportunidad de asistir varias veces a la convención SIGGRAPH, un evento increíble que me sirvió de inspiración. Allí conocí a artistas de Pixar y Disney que compartían sus historias. Me di cuenta de que, al final, ellos también eran personas como yo. Si ellos lo habían logrado, ¿por qué yo no podría?

Luego de dos años, más o menos, me llegó una oportunidad para trabajar en Canadá. Comencé en Montreal con Moving Picture Company (MPC), donde estuve alrededor de seis meses en un proyecto. Luego me mudé a Vancouver, donde llevo ya cinco años trabajando. He pasado por diferentes estudios, siempre buscando proyectos más grandes e interesantes.

Tuve la suerte de trabajar en producciones como Spider-Man: Into the Spider-Verse y DC League of Super-Pets. Y desde hace más de un año, trabajo en Disney Animation Vancouver, donde empezamos con el proyecto de Moana 2. Ha sido un viaje increíble”.


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Cuénteme más de ese camino que ha recorrido hasta llegar a Disney, ¿cómo es su trabajo allí; cuál ha sido su tarea específica en Moana 2 y en la película de Spider-Man?

”Mi rol se denomina CFX Artist o Technical Animator, dependiendo del estudio. Básicamente, me enfoco en la animación secundaria, que incluye elementos como el movimiento del cabello y la ropa.

En la animación tradicional, el animador era quien se encargaba de crear, cuadro por cuadro, todos los movimientos del cabello y la ropa, lo que se conoce como overlap o animación secundaria. Sin embargo, con la animación en 3D, los animadores pueden concentrarse en la actuación facial y corporal, mientras que un rol adicional, como el de Character FX (CFX), se ocupa de esos detalles secundarios.

Como CFX Artist, mi trabajo consiste en animar de manera realista pero también estética esos elementos. No solo se trata de simular la física del cabello y la ropa, sino de asegurarnos de que se vean bien en pantalla y que contribuyan a contar la historia. Por ejemplo, en Moana, la animación del cabello y la ropa es esencial para transmitir la sensación de estar en medio del océano, donde hay viento y movimiento constante. Si el cabello no se mueve de manera adecuada, no se siente que los personajes están enfrentando el viento mientras navegan.

Un ejemplo clásico de lo que hacemos podría ser la escena del viento en Pocahontas, donde el movimiento del cabello no solo es realista, sino que también añade un componente emocional y visual a la historia. En Disney, nos esforzamos porque cada detalle sea perfecto y aporte esa magia que caracteriza nuestras historias”.


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¿Cuál es la diferencia entre su trabajo actual en Disney y lo que hacía en estudios como Dreamhouse o Sony? ¿Cuáles han sido los nuevos desafíos?

”He tenido la fortuna de trabajar con artistas increíbles en todos los estudios en los que he estado y cada proyecto ha sido un gran aprendizaje. Los desafíos son diferentes porque la estética y los requerimientos varían mucho de un proyecto a otro.

Por ejemplo, mi primer proyecto de animación fue Hotel Transylvania, que tenía un estilo más caricaturesco, con formas exageradas y dirigidas por animación. Luego, en Spider-Verse, el desafío era completamente distinto porque buscaba imitar un estilo visual que parecía 2D, aunque no lo era. Se trataba de encontrar cómo hacer que los elementos se vieran bien dentro de un mundo con una estética tan única.

Cuando llegué a Disney, me enfrenté a desafíos nuevos, como adaptarme a herramientas y software desarrollados internamente. Aunque tenía experiencia previa, cada estudio tiene su propio pipeline y sus propios procesos. Saber cómo crear algo en mi mente no siempre es suficiente; también necesitas aprender a usar las herramientas disponibles para hacerlo realidad.

Además, trabajar en Disney es una gran responsabilidad. Aquí he tenido la oportunidad de colaborar con personas que literalmente trabajaron en las películas que yo veía de niña, como El Rey León. Es increíble estar en un equipo donde todos son tan talentosos.


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También sientes la presión de demostrar que mereces estar aquí, que tu trabajo está a la altura de este nivel. Por ejemplo, trabajar con personajes tan icónicos como Moana, que es uno de los favoritos de los niños actualmente, implica asegurarte de que todo sea perfecto, porque sabes que el estándar es muy alto.

Es como, hey, estoy aquí, en las grandes ligas, tengo que responder y demostrar que merezco esto porque he trabajado mucho para lograrlo”.

¿Fue en Sony o cuándo fue el momento de su carrera en que se dio cuenta que había llegado a esas ‘grandes ligas’?

”Son ligas diferentes, pero cada una ha sido importante en mi camino. Por ejemplo, me encantó trabajar en Spider-Verse. Cuando vi la primera película, me quedé impresionada. Me dije a mí misma: ‘Voy a trabajar en la segunda’, y me mentalicé para lograrlo. En ese momento, Disney no tenía planes concretos para el estudio en Vancouver, así que mi enfoque estaba en otros proyectos.

Cuando me enteré de que Disney Animation Vancouver iba a abrir, supe que ese era el lugar donde quería estar. Era mi meta, mi próximo paso. Y cuando escuché que estarían trabajando en Moana, la decisión fue aún más clara. Desde que vi la primera película, quedé fascinada con el nivel técnico, especialmente con el pelo de Moana. Es impresionante cómo se mueve de manera tan natural y libre”.

Tomado de El Colombiano


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