“Las habitaciones, incluso las de Hef, fueron despojadas de cosas como juguetes sexuales, estatuas doradas, sábanas usadas y lencería. Se llevaron también obras de arte valiosas”, se mencionó en la revista Magazine Globe.
Finalmente, ahora, después de la gestión de algunos funcionarios de la ciudad para convertirla en monumento histórico, el dueño de la casa ha accedido a restaurarla, hasta que vuelva a un estado habitable.
La piscina donde Hefner celebró sus fiestas salvajes ha sido vaciada y la mansión está revestida con andamios. En el acuerdo dice que la mansión de 1300 metros cuadrados y 29 habitaciones “necesitaba restauraciones y reparaciones sustanciales después de un largo período de mantenimiento diferido”.
Según el Daily Star, Metropoulos originalmente había considerado demoler la propiedad, pero luego de las gestiones con la comunidad, decidió renovarla.