Antes de ganar l campeonato de 2006, el Cúcuta Deportivo había tenido su mejor actuación en 1964, cuando fue subcampeón del rentado colombiano. Para entonces, el atractivo para los equipos de Confederación Suramericana de Futbol, era participar de la copa Libertadores de América a la que solamente participaban los equipos campeones de cada país afiliado. No había otros campeonatos regionales, además que el campeonato nacional se jugaba durante todo el año, sin ascenso ni descenso ni tampoco otras categorías que permitieran que equipos de las llamadas poblaciones intermedias pudieran acceder a la máxima categoría del futbol. En síntesis, era un grupo reducido de equipos profesionales que se disputaban una copa que al final ostentaban con orgullo, sólo algunos de los más encumbrados equipos de las principales ciudades.
A pesar de la “edad dorada” que vivió el futbol colombiano en sus primeros años, en especial después de la obtención del primer campeonato mundial obtenido por Uruguay, cuando fueron contratados algunos futbolistas charrúas por los equipos nacionales, que aunque no fueron de la nómina campeona del mundo, de alguna forma estuvieron relacionados con ella, entre ellos, unos que aterrizaron en la calurosa Cúcuta, como Carlos Zunnino y Luis Alberto ‘el marciano’ Miloc, más célebre por su corte de cabello que por sus calidades futbolísticas.
Desde su estreno, en 1950, el onceno motilón fue un equipo de esos que se califican como ‘de media tabla’. Su mejor logro lo alcanzó en el torneo rentado de 1964, cuando logró el subcampeonato en una peregrinación que solo se definió en el último partido.
En esos años, el despliegue publicitario era mínimo comparado con lo que sucede en la actualidad. La prensa destacaba lo mejor de los sucesos y hacían un recuento de lo sucedido, tanto en el estadio como en los partidos realizados, destacando de manera individual lo que merecía publicarse y lo titulaban como en el cine, “el tráiler del futbol”.
La alineación titular del equipo subcampeón de 1964 era la siguiente: Heriberto Solís en el arco, Carlos Zas, Víctor Pignarelli, J. Gómez y Julio Brucessi en la zaga; Gilberto ’Palomo’ Ramírez, Germán ‘el Burrito’ González, José Omar Verdún, Elías Rincón y Walter ‘Cata’ Roque en la delantera. Oficiaba como director técnico, el uruguayo Pancho Villegas.
De acuerdo con los cronistas deportivos de ese momento estos fueron los aspectos y detalles que no pasaron desapercibidos ocurridos en el futbol profesional en Cúcuta:
El mejor equipo visto en el estadio General Santander: sin duda fue el once paulista ‘Guaraní’. Vino a la ciudad poco antes de iniciarse el torneo profesional; integrado por jóvenes valores del futbol brasileño, practicó un futbol muy acoplado en el partido que le ganó al Cúcuta Deportivo por 2-1. Se destacaron en el visitante los delanteros Berico y Américo, autores de los dos tantos; por el local, Zuninno marcó el primer gol, que los sorprendió apenas comenzando el encuentro lo que los motivó a mostrar su mejor juego.
La mejor jugada: la hizo Carlos Zuninno, en el empate ante el Deportivo Cali en la novena fecha de la primera vuelta, en una jugada considerada “de leyenda”. Faltando dos minutos para terminar el partido, Zuninno recibió el esférico por el ala derecha, puso la pelota por sobre la humanidad de Gallegos y la recibió delante de este, repitió la maniobra con Joaquín Sánchez, Rossi y el arquero Bruno quien para evitar el gol le agarró las piernas pero Zuninno alcanzó a cabecear la pelota que bajaba enviándola lentamente al arco solitario.
El gol del año: el obtenido por Gilberto ‘Palomo’ Ramírez en la última vuelta, frente al América de Cali. Enfrentado a una defensa ‘cerrada’ Alfonso Rojas le hizo un pase inteligente con el que engañó a los ‘backs’ enemigos y al experimentado portero Riquelme quien cubrió el ángulo izquierdo, al mismo tiempo que el motilón sacaba un ‘taponazo’ cruzado al ángulo contrario. La pelota entró veloz mientras que Riquelme tardíamente buscaba enmendar su error con una gran e infructuosa estirada.
El visitante más destacado: el brasilero Antonio Cassiano, fue el jugador más destacado que visitó el Estadio. En su primera y única presentación con el Cali, se convirtió en el dolor de cabeza de la defensa cucuteña; por su dominio y precisión en los pases, así como sus desplazamientos con maestría y personalidad por toda la cancha, su rapidez en el juego y su buena concepción del juego lo califican como el mejor jugador visitante.
El jugador más destacado del Cúcuta: sin vacilación alguna, el mérito es para Julio Artigas Brucessi. Fue quien más infundió el deseo de triunfo y de superación en cada uno de los partidos del equipo, se le vio luchar con armas legales en todo momento y de crecerse cuando el marcador resultaba adverso.
El arquero que asombró a la afición: el honor fue para el portero del Deportes Tolima Oscar Fontán, quien asombró a los aficionados por su increíble labor frente a la artillería cucuteña. Era un joven y promisorio valor argentino que a principios de diciembre de 1964 entró a reemplazar a Manuel Pacheco en el arco tolimense; en ese partido evitó por lo menos, seis goles con salidas y estiradas espectaculares.
El mejor árbitro: de todos los que pisaron la gramilla del General Santander, unánimemente consideraron los cronistas deportivos que le correspondía a Mario Canessa. Con gran visión sobre las jugadas, rígido en sus decisiones, todas las veces que se presentó en Cúcuta siempre dio cátedra de buen ‘referato’.
Y para terminar, las acostumbradas expectativas para el año siguiente. En entrevista que se le hiciera al presidente de entonces, Enrique Lara Hernández sobre la continuidad del equipo, éste respondió que las modificaciones a la nómina serían ‘casi ninguna’ y que si Pancho Villegas se iría –posiblemente al Cali-, el posible sucesor podría ser Luis Alberto Miloc, por su experiencia y sobre todo por el ascendiente sobre sus compatriotas uruguayos. De estas reflexiones, la única que se cumplió fue la salida del entrenador Villegas.
Gerardo Raynaud D. | gerard.raynaud@gmail.com