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Memorias
Nacionalización del colegio San José
Desde su fundación, el colegio tuvo una dirección seglar siempre muy estricta.
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Viernes, 11 de Diciembre de 2020

El colegio Provincial de Pamplona es una de las instituciones educativas más longevas de Colombia, si se considera que fuera fundada el 5 de marzo de 1823, cumpliendo con los lineamientos impuestos en esa época, de Ciencia, Honor y Virtud, que fueron y siguen siendo condición manifiesta en sus ilustres egresados.

Durante sus primeros años, funcionó en modestas construcciones hasta que en 1875, a raíz del terremoto que asoló la región, tuvo que trasladarse provisionalmente  al local que había sido ocupado por su similar, regentado por los Jesuitas pero abandonado posteriormente, situado sobre la carrera quinta. Allí funcionó hasta 1943, cuando el gobierno Nacional se comprometió a construir los edificios necesarios. 

Pero antes de esta fecha, es necesario recordar los eventos que hicieron posible esta nueva etapa en el devenir del colegio. Primero, en 1938, se presentó ante el Congreso de Colombia el Proyecto de Ley “por el cual se solicitaba la nacionalización del Colegio Provincial de San José de Pamplona del Departamento Norte de Santander”. 

Desde su fundación, el colegio tuvo una dirección seglar siempre muy estricta, manejada en su mayoría por docentes extranjeros, hasta que asumieron las riendas los Hermanos Cristianos, en 1930, cuando tuvieron que tomar algunas decisiones para enderezar las piezas que no encajaban en los lineamientos tradicionales de su comunidad, encabezados por el recordado Hermano Arturo Monier, quien además, fue el personaje que introdujo en Colombia el deporte del basquetbol. Para finales de esa década, el Provincial era la mayor potencia basquetera de Colombia, hecho que se fundamenta en la obtención del Campeonato Nacional de este deporte en 1937, en la ciudad de Cúcuta, título conseguido al vencer al quinteto Hispania de la capital de la república.

El colegio Provincial mantuvo su atractivo desde el mismo momento de su fundación, razón por la cual, los políticos y dirigentes más renombrados lo visitaban y le prometían ayudas y apoyos no siempre cumplidos. Recordamos una de ellas, narradas en un crónica anterior, en la que en un acto de entusiasmo extremo, al rector le dio por proponer el cambio de nombre del colegio, luego de la visita y las promesas del Presidente de la República, por el de “Colegio Eduardo Santos”; claro que pasados los vahos del agasajo, la propuesta pasó al olvido quedando como una anécdota más de las muchas que se acumulan en la memoria del colegio.

Ahora bien, volviendo al tema de la nacionalización, la presentación del Proyecto de Ley, es una corta ponencia de tres articulitos que rezan así: “Artículo primero. Nacionalízase el Colegio Provincial  de San José de Pamplona, establecimiento de enseñanza secundaria para varones.

Artículo segundo. Autorízase al Gobierno Nacional para dotar este plantel de un edificio apropiado y de invertir en su construcción la suma que considere necesaria, de las partidas destinadas en los presupuestos de la actual y sucesivas vigencias, para establecimientos de enseñanza secundaria.

Parágrafo. Para los efectos de esta Ley, la Conciliatura del Colegio, en representación de la respectiva unidad anónima, debe celebrar un contrato con el Gobierno Nacional para cederle a título gratuito, el uso del edificio donde funciona actualmente el Colegio, el campo de deportes, los laboratorios, muebles y demás enseres propiedad del mismo.

Artículo tercero. Esta Ley regirá desde su sanción”.

Esta propuesta fue presentada en la Cámara de Representantes por Darío Hernández Bustos, representante por el Norte de Santander, acompañándola con la siguiente exposición de motivos: “… Honorables Representantes, el proyecto de ley que tengo el honor de presentar a la consideración de la Honorable Cámara, está inspirado en los mejores deseos de cooperar en el extenso plan educacionista que adelanta el ejecutivo nacional, (en ese momento en cabeza del presidente Eduardo Santos y que antes de terminar su periodo presidencial visitara, suscitando la anécdota antes citada, nota del autor) sobre todo en lo que respecta a la organización técnica de establecimientos de gran importancia en el país, como son los de enseñanza secundaria, por los cuales ha venido demostrando un solícito cuidado y que verdaderamente requieren el inmediato control del ministerio del ramo y por lo tanto, la mayor vigilancia y la más completa dotación.

Nadie ignora que la ciudad de Pamplona es uno de los centros culturales más importantes del país y la afluencia de los estudiante de bachillerato, provienen no sólo de los departamentos vecinos sino del estado Táchira, de la vecina República de Venezuela, que llegan a solicitar ingreso en el Colegio de San José y casi siempre se presenta el caso de tener que rechazar más de un centenar de jóvenes, muchas veces oriundos del mismo departamento, por la incapacidad del edificio e insuficiencia de los demás servicios.

Vistos los problemas que ha venido confrontando aquel plantel, no se puede pensar sino en su nacionalización, pues el Departamento está absolutamente imposibilitado para llevar a cabo obras de mejoramiento que exige el Colegio San José. Al Departamento le corresponde en primer término, extender su campaña de desalfabetización y protección general de las masas campesinas y necesita abrir nuevas escuelas rurales y ampliar, en fin,  sus servicios de cultura popular en que ha estado empeñado. Hay que tener en cuenta que en el Norte de Santander hay regiones muy apartadas y malignas que reclaman la más inmediata y efectiva atención, sobre todo cuando se trata de lugares fronterizos y el presupuesto para el ramo educativo en mi departamento es apenas medianamente suficiente para responder a estas necesidades de la instrucción primaria, es decir, a la que se relaciona con la niñez. 

El Gobierno Nacional, y creo estar en esto de acuerdo con él y con las ideas expuestas ampliamente en la Conferencia de Directores Departamentales de Educación reunida en agosto del año pasado en esta capital, debe tomar la suprema vigilancia de los planteles de segunda enseñanza, para que los programas oficiales y el proceso general de la preparación superior del individuo obedezcan a un solo plan técnico y científico. El colegio San José de Pamplona viene funcionando en un viejo caserón que apenas ha obtenido algunas lentas y parciales mejoras que no resuelven sus dificultades. Regentado hace más de 10 años por la Comunidad de los Hermanos Cristianos en virtud de contratos firmados con el Departamento… además está patrocinado por una Junta que a pesar de la estrechez ha dado siempre los mejores rendimientos… Por estas consideraciones y por otras muchas más, pido respetuosamente la aprobación de este proyecto…” El presidente Santos, sancionó posteriormente esta ley y además visitó en tres oportunidades el colegio para cerciorarse de su cumplimiento, algo no visto hasta entonces.

Gerardo Raynaud D. | gerard.raynaud@gmail.com

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