Estados Unidos lanzó un ataque con dron contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Afganistán, al tiempo que encara la recta final de la evacuación en el aeropuerto de Kabul bajo amenaza de nuevos atentados.
El objetivo del ataque con dron era un "planificador" del EI, dijo en un comunicado el capitán Bill Urban, del Comando Central, a cargo de las operaciones en Afganistán.
"El ataque aéreo no tripulado se produjo en la provincia afgana de Nangarhar. Los primeros indicios apuntan a que hemos matado al objetivo", explicó, indicando no tener constancia de "ninguna víctima civil".
El ataque, lanzado desde fuera de Afganistán, es el primero del ejército estadounidense tras el atentado suicida del jueves en el aeródromo de Kabul.
Según informaron el sábado altos funcionarios de salud de la anterior administración afgana, la cifra de muertos es superior a 100, entre ellas 13 soldados estadounidenses.
Algunos medios hablan de más de 170 fallecidos.
Después del ataque reivindicado por el Estado Islámico del Khorasan (EI-K), la rama de ese grupo en Pakistán y Afganistán, el presidente Joe Biden prometió represalias.
"Los perseguiremos y los haremos pagar", afirmó en un discurso tras el golpe más mortífero contra el ejército estadounidense en Afganistán desde 2011.
El riesgo de atentados persiste, según Washington. "Todavía creemos que hay amenazas específicas y creíbles", advirtió el viernes John Kirby, portavoz del departamento de Defensa estadounidense.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, indicó que otro ataque era "probable" y que los próximos días serán "el periodo más peligroso hasta la fecha".
Control del aeropuerto
Varios mensajes contradictorios de talibanes y estadounidenses acentuaron la tensión a escasos días de la fecha límite del 31 de agosto prevista para culminar la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán tras 20 años de guerra, lo que marcará también el fin de las evacuaciones.
Los talibanes, a través de su portavoz Bilal Karimi, reivindicaron estar en control de "tres importantes sitios de la parte militar del aeropuerto" de Kabul.
Poco después, el portavoz del Pentágono, John Kirby, negaba que los talibanes estuvieran "a cargo de ninguna de las puertas" ni "ninguna de las operaciones del aeropuerto".
La incógnita persiste sobre cómo saldrán los últimos candidatos a la evacuación de Kabul.
"Tenemos listas de los estadounidenses (...) Si su nombre está en la lista, puede atravesar" los puestos de control hasta el aeropuerto, indicó un responsable talibán a la AFP cerca del terminal de pasajeros.
Los vuelos de repatriación fletados por las potencias occidentales retomaron su actividad, aunque según el jefe de las fuerzas armadas británicas, el general Nick Carter, ya quedan muy pocos vuelos.
Gran Bretaña planeaba ultimar sus operaciones este sábado. En tierra se quedarán 150 británicos y entre 800 y 1.000 afganos, explicó el general, que reconoció que esa decisión es "desgarradora".
El primer ministro británico Boris Johnson se comprometió a mover "cielo y tierra" para "ayudar a salir" a los afganos aptos para pedir asilo tras el 31 de agosto.
De los países de la Unión Europea, Italia es el que más personas evacuó, cerca de 5.000 personas.
En el recinto aeroportuario todavía hay unas 5.400 personas esperando subirse a un avión, dijo el general estadounidense Hank Taylor, precisando que las evacuaciones se mantendrán "hasta el último momento".
Casi 112.000 personas fueron evacuadas desde el 14 de agosto, el día antes de la entrada de los talibanes en Kabul, según las últimas cifras del gobierno estadounidense.
"Derecho innato" a trabajar
Tras su retorno al poder, los talibanes tratan de mostrar una imagen de apertura y moderación. Pero muchos afganos temen una repetición del régimen fundamentalista y brutal que impusieron entre 1996 y 2001.
Especial temor hay por la situación de las mujeres, que bajo el anterior régimen no podían trabajar ni estudiar.
En un intento de aplacar estos miedos, un representante talibán aseguro que las mujeres tienen "derecho innato" a trabajar.
"Pueden trabajar, pueden estudiar, pueden participar en la política y pueden hacer negocios", aseguró Sher Mohammad Abbas Stanikzai, quien fuera negociador de los islamistas en las fallidas conversaciones de paz de Doha.
Los que lograron huir tienen una visión diferente.
"Mi marido trabajaba para la embajada estadounidense. Ellos (los talibanes) nos habrían matado si nos hubiéramos quedado", explicó en inglés Wazhma a la AFP en una instalación norteamericana en Emiratos Árabes Unidos, unas horas antes de tomar un avión rumbo a Estados Unidos.
"Huimos con lo puesto. Nada más", afirmó.
Preguntada si alguna vez volvería a su país, Wahzma se rio y dijo: "Nunca, salvo si los talibanes se van".
El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió "no bajar la guardia" ante el desafío que plantea el EI en Oriente Medio, antes de una cumbre regional en Bagdad.