Favorito en los sondeos, su programa se resume en "derogar el sanchismo", en referencia al gobierno de Sánchez, al que la derecha acusa de haber cruzado líneas rojas.
Pone como ejemplo el indulto a los líderes independentistas catalanes condenados por la tentativa de secesión en 2017 o algunos acuerdos alcanzados para aprobar leyes con Bildu, un partido independentista vasco visto como heredero político de la organización armada ETA.
Político moderado, Núñez Feijóo sin embargo avaló alianzas de su partido para gobernar con la extrema derecha de Vox en varias regiones y municipios, tras las municipales de mayo. Un socio con posiciones que le incomodan, pero cuyo apoyo podría serle indispensable para formar gobierno si gana este domingo.
La comunista que unió a la izquierda radical Número tres del gobierno de Sánchez, la ministra de Trabajo, la comunista Yolanda Díaz, logró ensamblar Sumar, una plataforma con quince formaciones a la izquierda de los socialistas, entre ellas Podemos, tras superar unas muy rocosas negociaciones.
Virtualmente desconocida antes de llegar al ministerio en 2020, esta abogada de 52 años, de carácter afable, destacó rápidamente en el polarizado paisaje político español y se convirtió en la dirigente mejor valorada, según encuestas.
Apadrinó los planes de desempleo parciales para evitar despidos durante la pandemia, la revalorización del salario mínimo y una reforma del mercado de trabajo para reducir la precariedad, con un talante negociador que reconocieron sindicatos y patronal.
Díaz, que espera reeditar coalición de gobierno con Sánchez, tiene como medida estrella la propuesta de una herencia universal de 20.000 euros ($22.435) para todo joven de 18 años.
El ultranacionalistaSi hace apenas un lustro era irrelevante políticamente, Santiago Abascal se sueña hoy indispensable para formar gobierno, incluso con él como vicepresidente, si los conservadores acaban necesitando los votos de su partido de extrema derecha Vox.
Este antiguo militante del PP de 47 años, de musculatura trabajada y barba impecablemente perfilada, resucitó una extrema derecha marginal desde el fin de la dictadura franquista en 1975.
Con una prédica de antagonismo frontal al separatismo catalán, recibida con simpatía por parte del electorado tras el fallido intento de secesión de Cataluña en 2017, Vox, nacido como escisión del PP en 2013, se convirtió en 2019 en la tercera fuerza política en el Congreso.
Más allá de defender a ultranza la unidad de España, su programa niega la existencia de la violencia de género, critica el "fanatismo climático" y es abiertamente antiLGBT y antiaborto. Unas posiciones ultranacionalistas y ultraconservadoras que lo acercan a su aliado húngaro Viktor Orban.
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