Al menos ocho personas murieron y varias resultaron heridas en un tiroteo en la ciudad estadounidense de Indianápolis el jueves por la noche, cuyo presunto autor probablemente se suicidó, indicó la policía.
Todas las víctimas fallecieron en unas instalaciones de la compañía de logística FedEx, cerca del aeropuerto internacional de la ciudad, donde un hombre armado abrió fuego, afirmó a la prensa una portavoz de la policía, Genae Cook.
Cuatro personas con heridas de bala fueron trasladadas en ambulancia, una de ellas en estado crítico, según la policía. Otras tres ingresaron al hospital con otras heridas, mientras que dos fueron tratadas en el lugar de los hechos y dadas de alta.
La policía está recogiendo información para identificar a las víctimas.
"Es una tragedia", dijo Cook. Muchos de los agentes que acudieron al lugar del tiroteo "intentan afrontar la situación porque esto es algo que nadie debería tener que ver".
Las autoridades creen que el presunto tirador se suicidó y consideran que ya no hay ninguna amenaza para la seguridad pública.
Un hombre que trabaja en la planta de FedEx dijo a una televisión local que vio cómo un individuo armado abría fuego en las instalaciones. "Vi al individuo con un subfusil, o un rifle automático, y empezó a disparar al aire libre. De inmediato me agaché, tenía miedo", dijo Jeremiah Miller.
Un portavoz de FedEx confirmó a la AFP que su planta fue escenario de un tiroteo y dijo que la empresa está colaborando con las autoridades. "Estamos al tanto del trágico tiroteo ocurrido en nuestra planta cerca del aeropuerto de Indianápolis" indicó la compañía en un comunicado
Esta planta emplea a más de 4.000 personas, según informaciones de prensa.
Timothy Boillat, otro empleado de las instalaciones, dijo a WISH-TV que fue testigo del tiroteo y que vio a unos 30 vehículos de policía llegar al lugar.
"Tras oír los disparos, vi un cuerpo en el piso", señaló. "Afortunadamente, estaba lo suficientemente lejos y [el agresor] no me vio", agregó.
Sucesión de tiroteos
Estados Unidos ha sido escenario de varios tiroteos masivos en las últimas semanas.
El 9 de abril, una persona murió y varias resultaron heridas en una tienda de muebles de Texas, horas después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, presentara un plan limitado para combatir la violencia con armas de fuego.
El 31 de marzo, cuatro personas, entre ellas un niño de nueve años, fueron asesinadas cerca de Los Ángeles, un tiroteo que siguió a otros dos asesinatos, en Boulder (Colorado) y Atlanta (Georgia), que habían dejado 18 muertos el mismo mes.
Casi 40.000 personas mueren cada año en Estados Unidos a causa de las armas, y más de la mitad son suicidios.
El presidente Biden anunció este mes seis medidas para contener la "epidemia" que a su entender es la violencia causada por las armas de fuego en el país.
El mandatario presentó un plan limitado para prevenir la propagación de las llamadas "armas fantasma" --de fabricación artesanal, a veces con impresoras 3D--, que son imposibles de rastrear en caso de ser utilizadas en un crimen.
También propuso aumentar las regulaciones para los soportes de brazo diseñados para estabilizar el arma, un dispositivo usado por el sospechoso del tiroteo de Colorado.
Biden indicó que sus propuestas son solo un punto de inicio y llamó al Congreso a legislar para lograr medidas como el control de antecedentes y terminar con la venta de fusiles de asalto que muchas veces son el arma utilizada en los tiroteos masivos.