En América Latina, con más de 952.000 muertos desde que empezó la pandemia, la vacunación avanza lentamente y de manera dispar entre los países.
Decenas de latinoamericanos, algunos de aquellos que se lo pueden permitir, llegan a las playas de Miami Beach, al sur de Estados Unidos, para vacunarse.
"En mi país [el covid-19] se está saliendo de las manos y no hay mucha posibilidad de que pronto tengamos acceso a la vacuna", comentó María Bonilla, una contadora de 40 años que llegó el sábado desde Honduras junto a sus padres, de 63 y 73 años.
Bonilla, que hacía la fila con sus padres para obtener la dosis única de Johnson & Johnson en un puesto en la playa, dijo estar consciente del privilegio del que goza por haber podido viajar a vacunarse. "Es lamentable. Ya se crea esa división de que algunos tenemos acceso a salud y otros no. Nosotros, gracias a Dios, podemos".
Desde hace diez días, Florida dejó de exigir un documento de residencia a los interesados en vacunarse. Esta flexibilización fue implementada para estimular la vacunación de las personas indocumentadas, aunque en los hechos también facilita la llegada de más turistas.
En Brasil, el país con el mayor número de muertos de covid-19 en el continente americano y en el Hemisferio Sur, el presidente, Jair Bolsonaro, desafió a los críticos de su gestión de la pandemia y encabezó este domingo una multitudinaria caravana de motociclistas en Brasilia.
"Tuvimos un problema gravísimo el año pasado, algo que nadie esperaba, la pandemia, pero poco a poco estamos venciendo", dijo el mandatario del segundo país más enlutado por el virus.
Europa avanzaba hacia el desconfinamiento
Con el levantamiento del estado de alarma en España o la relajación de restricciones en Alemania, mientras decenas de latinoamericanos, insatisfechos con las campañas de inoculación en sus países, viajaban a Florida para vacunarse contra el covid-19.
España celebró en la calle la medida, que supuso también la caída en muchas regiones del toque de queda imperante durante meses, en un país conocido por su agitada vida nocturna y sus horarios tardíos.
Gritos, aplausos, música e incluso algún petardo estallaron en los barrios marítimos de Barcelona cuando los relojes marcaron la medianoche y cientos de jóvenes salieron dirección a la playa, donde se improvisó una fiesta con pocas precauciones frente al covid.
"Parece fin de año", decía atónito Oriol Corbella, de 28 años, que había salido a pasear con su pareja por la noche.
Salvo en Navidad, donde las restricciones se suavizaron durante algunos días para permitir las reuniones familiares, los españoles no habían podido abandonar sus regiones desde el inicio del estado de alarma a finales de octubre.
Con casi 79.000 fallecidos y 3,5 millones de contagios, España fue uno de los países más golpeados por el virus en Europa, un continente que sigue avanzando en el desconfinamiento.
En Bélgica, después de casi siete meses, volvieron a abrir las terrazas de cafés y bares aunque la policía tuvo que intervenir en Bruselas de madrugada para dispersar a centenares de personas que lo celebraban en la calle.
Y en Alemania, más de siete millones de personas vacunadas empezaron a beneficiarse el domingo de la relajación de las restricciones y ahora ya pueden ir a la peluquería sin un test negativo o reunirse en privado, entre otras cosas.
En Reino Unido, el primer ministro, Boris Johnson, confirmará el lunes la flexibilización de las restricciones relacionadas con la pandemia de covid-19, lo que podría permitir a los británicos reunirse en espacios interiores.
El coronavirus mató casi a 3,3 millones de personas en el mundo desde finales de 2019 y contaminó a más de 157,5 millones, según un balance de la AFP del domingo.
4.000 muertos en India en 24 horas
Mientras Europa vislumbra mejoras, la situación es crítica en India, que volvió a registrar más de 4.000 decesos en un día.
La virulencia de la pandemia ha doblegado el frágil sistema sanitario de este país de 1.300 millones de habitantes que el domingo contabilizó 4.092 muertes, según datos oficiales.
Personas contagiadas de coronavirus continúan muriendo a las puertas de los hospitales colapsados, pese a la ayuda internacional. Y lo peor está por llegar, según los especialistas, que esperan un pico a finales de mayo.
El gigante asiático acumula ya 242.362 muertes y 22,3 millones de casos. La situación en India ha provocado que el número de contagios creciera la semana pasada en Asia, mientras en prácticamente el resto del mundo las infecciones y las muertes parecen más controladas.
En Nueva Zelanda, las autoridades sanitarias anunciaron el domingo la reanudación de vuelos sin cuarentena desde Sídney porque consideran que la situación epidémica se halla bajo control en Nueva Gales del Sur.