Este año y a nivel mundial, se conmemoran los 150 años de fundación de la congregación ‘Hermanitas de los Ancianos Desamparados’, 87 de los cuales ha hecho presencia en la ciudad de Cúcuta con el Hogar Rudesindo Soto, brindando su apoyo a la población de adultos mayores en condición de abandono provenientes de varias regiones del país y del mundo.
Su trabajo a lo largo de estos años, ha sido reconocido por los resultados en favor de los adultos mayores que han hecho parte de su comunidad, varios de los cuales han llegado procedentes de otros países y han encontrado en Cúcuta un sitio de acogida como el que brinda esta comunidad.
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Cubrimiento mundial
Esta congregación nacida en España, hoy tiene presencia en al menos diez países, entre ellos Puerto Rico, México, Oceanía, Filipinas, Venezuela y Colombia, este último al cual llegaron hace 87 años, gracias a las gestiones y el apoyo humanitario de Rudesindo Soto, en la ciudad de Cúcuta. “Yo no tengo a donde ir, ya toda mi familia está en el cielo. Tengo todas mis comidas y atenciones. Lo más importante, mi ropa aseada y tener donde dormir que es muy importante”, contó a La Opinión Telésforo Rodríguez, uno de los adultos mayores de la congregación y quien lleva doce años haciendo parte de la comunidad.
Las instalaciones están acondicionadas para atender entre 100 y 200 abuelos de manera permanente, lo que les permite recibir atención integral en todo lo relacionado con salud, bienestar y espiritualidad, recalcando que son una comunidad respetuosa de las diferentes creencias religiosas de cada uno. Señalan además, que aunque el flujo de adultos mayores se ha reducido desde la pandemia, se han enfocado en brindar mayor comodidad y espacio a los sus huéspedes, tratando de brindarles una atención personalizada.
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“Según nuestros libros, durante estos años hemos llegado a tener 7.622 adultos mayores, a quienes les hemos brindado protección y acompañamiento. Cuando fallecen, nosotros nos encargamos de hacer todos los trámites ante las funerarias, pues sabemos que ellos no cuentan con sus familias”, señaló Sor Narcisa Arboleda, Integrante del grupo de apoyo de la congregación.
El apoyo de la ciudadanía
Los aportes de la ciudadanía han sido fundamentales para que esta comunidad pueda sostenerse a lo largo de estos años, aportes voluntarios desinteresados que permiten que los adultos mayores reciban una buena atención y que con el tiempo sigan siendo más los beneficiados.
Las Hermanas de los Ancianos Desamparados, piden que su labor sea más reconocida en Norte de Santander, pues la visibilidad de su trabajo es lo que hace que las aportes sigan llegando.
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Otro de los adultos mayores que reside en la comunidad es Eduardo Rolón, de 82 años, quien reconoce que esta comunidad se convirtió en su hogar desde hace trece años, tiempo en el cual se ha ganado la confianza de las hermanas y les brinda su colaboración en algunos de los quehaceres que tiene el lugar y que le permiten además pasar el tiempo haciendo otras actividades. Pues la comunidad permite que quienes cuenten con las condiciones necesarias, puedan salir del hogar con la garantía de poder regresar y contar con el apoyo de las hermanas, no sin antes hacer el debido seguimiento por la seguridad de los residentes.
El próximo 27 de enero, con una eucaristía en su sede del barrio la Playa, en Cúcuta, se conmemorará el aniversario 150 de la fundación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y los 87 años de fundación del hogar Rudesindo Soto.
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