En septiembre, Cúcuta fue la ciudad con la mayor inflación del país, 1,20%; le siguieron Armenia (1,18%) e Ibagué (1,15%). Además, se ubicó como la zona con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) anual más alto, registrando 14,73%, por encima de Santa Marta (14,41%) y Valledupar (14,38%).

De acuerdo con Piedad Urdinola, directora del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la inflación en Colombia, el mes pasado fue de 0,93% y la anual, de 11,44%. 

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Agregó que en lo corrido de 2022, la tasa nacional fue de 10,08%, siendo Cúcuta la cuarta ciudad con el índice más alto (11,74%), detrás de Riohacha (12,32%), Montería (12,02%) y Valledupar (11,77%).

La de mayor alza en energía

Urdinola destacó que uno de los segmentos que más aportó a IPC de Cúcuta en septiembre fue electricidad, con 0,29%, teniendo una variación mensual de 5,56%, por debajo de Medellín (4%) y Armenia (3,76%). 

El promedio nacional fue de 2,09%, mientras que Cali es la única que tuvo una variación negativa de 3,05%. Sin embargo, en el último año, Cúcuta, con 26,24%, está por debajo del IPC de electricidad nacional (27,29%).

Según el DANE, si a ese renglón se le suman los servicios de agua, gas, alojamiento y otros combustibles, el indicador es de 1,48%, similar al grupo de muebles y artículos para el hogar (1,48%).

Los precios de los alimentos son los que más subieron, un alza de 1,83%, ocupando el séptimo lugar de la tabla; 0,22% por arriba de la cifra nacional (1,61%). 

Otro segmento que más aportó a la inflación de la capital de Norte de Santander fue prendas de vestir y calzado, al presentarse un incremento de 1,66%. 

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Para Alexander Botello, profesor e investigador del programa de Economía de la Universidad de Pamplona, los fenómenos que impulsan la inflación son las restricciones energéticas y de cadena de suministro en el mundo, dado los conflictos bélicos, hasta los ajustes en el precio de los combustibles y de energía en el país; así como las lluvias, que afectarían lo ciclos de cosechas en algunas regiones.

“En términos de alimentos, vimos incrementos asociados a frutas frescas, arroz, huevos y nuevamente vemos presiones en la carne de cerdo y de res, incluso el pescado; a esto se suman que varios procesados están exhibiendo presiones al alza, ese es el caso del pan”, señaló Jackeline Piraján, economista de Scotiabank Colpatria. 

Alexander Botello recordó que el Banco de la República estima que los precios a finales de este año empiecen a ceder y la economía mundial comience desacelerarse, lo cual, junto con la política monetaria del Emisor, podría pasar lo mismo en Colombia para 2023.

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Mientras que Jackeline Piraján afirmó en la recta final de 2022 se espera que el IPC se mantenga cerca al 12%, lo cual genera un piso para las negociaciones del salario mínimo. Sostuvo que, de cara a 2023, las presiones inflacionarias se mantendrían altas en el primer semestre. 

Añadió que, por el momento, este resultado implica que el Emisor debe seguir subiendo sus tasas de interés y esto se transmitiría hacia futuro a mayores costos en el endeudamiento de los hogares, pero eventualmente también a mayores remuneraciones de los depósitos de ahorro de los usuarios del sistema financiero.

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