La incidencia de casos COVID siguen en aumento en Táchira, mientras se agotan las reservas de camas equipadas para la atención de pacientes afectados por el nuevo coronavirus, que pasa por el pico más alto de la segunda ola de contagios en este estado fronterizo.
Laidy Gómez, gobernadora de la entidad, presentó un balance de la situación en los hospitales centinelas bajo el control de la Corporación Regional de Salud, destacando que a las 7:00 de la mañana del lunes 28 de junio, había un total de 130 pacientes hospitalizados en todo el estado y sólo quedaban 11 camas COVID disponibles en el Hospital Central de San Cristóbal, “aunque permanentemente se registran altas, también se mantiene el flujo de ingresos, por lo que la disponibilidad varía”.
Según las cifras ofrecidas por la mandataria, junto a directivos de Corposalud y el Hospital Central, este centro alberga 85 pacientes en aislamiento COVID, de los cuales 6 se encuentran en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Con relación a los hospitales centinelas del interior del estado, los de Rubio y San Antonio mantienen 13 pacientes hospitalizados cada uno, nueve en La Grita, tres en Colón y siete en El Piñal; mientras en las 24 horas previas se registró el fallecimiento de 5 personas.
Destacó que en esta ocasión en la sala de aislamiento COVID pediátrica hay además 4 pacientes menores de seis años con sintomatología asociada a la pandemia, por lo que hizo un llamado a madres a proteger a sus pequeños, especialmente a los bebés.
De carencias y otras cosas
Destacó la mandataria que aunque se han conocido emergencias por deficiencia de oxígeno en algunos centros de salud privados, en los hospitales centinelas el suministro de este insumo vital se ha mantenido, aunque el principal centro centinela sufre de muchas otras carencias.
En referencia a la labor de fundaciones y ONG en materia de salud, Gómez advirtió que “lo que llega de manera masiva al Hospital Central son "arepas con queso", y la realidad es que las necesidades hospitalarias son totalmente distintas”.
Detalló que por ejemplo, las fórmulas lácteas para recién nacidos que no pueden ser amamantados, porque sus madres padecen alguna enfermedad contagiosa o se encuentran en situación delicada, no entran dentro del rango de atención de los organismos multilaterales que promueven la lactancia materna como método primario de alimentación, por lo que en ocasiones este insumo falla, dejando sin alimento a estos pequeños.
Solicitó a estas organizaciones concentrar sus esfuerzos en la donación de medicamentos, especialmente los requeridos para la atención de pacientes COVID.
“La gente se muere porque no tiene recursos económicos para comprar toda la medicación para luchar contra la COVID-19 y en el hospital central no tenemos la dotación para ello”, dijo al tiempo de detallar que en el principal centro centinela del estado Táchira no hay clexane, dexametasona, hidrocortisona, vitamina D, ni medicamentos como el Remdesivir y otros que son indicados en estadios complicados de la enfermedad.
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