Con zapatillas para estar a la altura de la ocasión, sin reparos en la indumentaria y usando todos los elementos de bioseguridad, sale temprano hacia el Palacio de Nariño la joven abogada de baja estatura, María Jimena López Jácome, asesora en el área jurídica de la Alta Consejería Presidencial para las personas con discapacidad.

No ha sentido el  frío de la capital de la República debido al calor humano de la gente que labora en la oficina de Jairo Raúl Clopastofky. “Es la primera vez que visito a Bogotá y le cuento que la hospitalidad ha sido grande, los compañeros de trabajo me han recibido con los brazos abiertos, el jefe es muy amable, atento, una excelente persona y me agrada ofrecer los servicios en esa dependencia”, aseguró con un tono de voz seguro y aplomado como si llevara años ejerciendo la profesión. 

En un mundo donde pareciera que todo está diseñado para la gente grande, la mujer de baja estatura manifiesta que la oficina ofrece las condiciones óptimas para responder las peticiones, quejas y reclamos.

“Me asignaron un escritorio donde la silla se gradúa a la altura del computador como herramienta digital. El tiempo se pasa volando, respondiendo demandas, redactando tutelas por la defensa de la población en condiciones de vulnerabilidad. Ese tema me apasiona y me encanta ayudar a los más necesitados”, detalló la profesional del derecho.

Vive a una cuadra del trabajo y no le asustan los rascacielos, ni los ascensores para llegar a tiempo al lugar de trabajo. “Es una experiencia indescriptible. Camino, disfruto del paisaje urbano, de la sonrisa de la gente amable, el saludo a la distancia con el movimiento de las manos y lo más importante, la solidaridad hacia el semejante”, agregó María Jimena.

Aún permanece grabado en las paredes de su memoria ese instante cuando fue recibida por el mismo jefe de Estado, Iván Duque, durante la posesión de su cargo, luego de una odisea para que le reconocieran sus derechos.

“Se siente una alegría muy grande chocar los nudillos con la mano del presidente que me miró fijamente a los ojos y me dijo bienvenida, esta es tu casa. Es un momento sublime”, dijo López. 

Una corta respuesta al saludo del primer mandatario de los colombianos la llenó de confianza y recordó aquella frase inscrita en la biblioteca de su institución educativa donde se afirma que, ‘no hay cosas imposibles, sino hombres incapaces’.  

“Le dije muchas gracias, que Dios derrame bendiciones y lo proteja de todo mal y peligro. Fue algo tan hermoso”, exclamó la joven que no se cansa de elevar las plegarias a la Virgen de Torcoroma, patrona de los ocañeros, por el favor recibido.

Sueña con estar en los altos tribunales de Colombia defendiendo a las personas en condiciones de vulnerabilidad y aportar un granito de arena al ordenamiento jurídico del país.

“Cada día con sus acciones demuestra que no se necesita ser una reina de belleza con medidas perfectas para brindar un potencial al servicio de los más necesitados”, manifestó el ex rector de la Universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, Gustavo Adolfo Casadiego Angarita.

Su señora madre, Elizabeth Jácome, quien tiene la misma condición de acondroplastia, reside en el corregimiento de Aguas Claras, zona rural de Ocaña. Es la más orgullosa de contar con una hija echada para adelante y que sube escalones para triunfar en la vida.

En el video enviado al Presidente de la República para conseguir empleo, María Jimena expresó categóricamente que “es una persona de baja estatura, pero esa condición no es impedimento para ejercer la carrera como abogada, porque los conocimientos de una persona no se miden por centímetros sino por su capacidad intelectual”, es la premisa que siempre lleva en la mente en ese proceso de crecimiento en el campo laboral.

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