A raíz del informe de verificación adelantado por organismos de derechos humanos fue desmontada la base militar ubicada en la vereda Piedras de Moler, comprensión rural del municipio de Teorama, donde el fuego cruzado tenía atemorizada a la población civil.
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El desmonte de la unidad táctica fue ordenado desde los altos mandos militares, pero ahora los líderes sociales reclaman el desminado humanitario para el retorno gradual con garantías.
Desde el 6 de agosto del presente año permanecían en la casa campesina del corregimiento de San Pablo, Teorama, 108 familias integradas por 380 personas entre niños, mujeres embarazadas, discapacitados y adultos mayores.
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El vocero comunal Ismael López Téllez acompañó a los primeros campesinos a la avanzada para recuperar las parcelas y resarcir las pérdidas ocasionadas por el desplazamiento forzado. “Siguiendo el camino utilizado por los militares, para evitar caer en campos minados, llegamos hasta el cerro donde se divisan las veredas de Piedras de Moler, Caño Seco, San Pablo y Vijagual donde se registraron las confrontaciones y aún permanecen artefactos sin explosionar”, agregó