Frente al Instituto Colombiano de Bienestar Social del barrio El Llano Echávez, las madres comunitarias de Ocaña adelantan una jornada de protesta pacífica para reclamar los derechos laborales adquiridos durante los últimos años.

La representante de la Asociación, Carmen Rosa Ballesteros, manifestó que el Gobierno nacional ha incumplido el sistema de contratación y el bono pensional.  Asegura que seguirán las luchas para reivindicar los derechos fundamentales de las mujeres cabeza de hogar que prestan un servicio a la primera infancia.

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Recordó el paro nacional adelantado en febrero de 2023 donde se llegaron a unos acuerdos con los sindicatos, pero hasta la fecha los mismos no se han cumplido.
 

Promesas incumplidas

Califican como triste el panorama para las 179 madres comunitarias entre FAMI, transitadas y tradicionales por la transformación, y ninguno de los tópicos se han cumplido.

“En el acta de compromiso se estableció 2.000.000 para dotación de cada unidad de servicio, los cuales debían desembolsarse en abril y están embolatados. Solamente han cumplido el aumento en una parte de la alimentación de los niños en los hogares tradicionales y los CDI, pero con las FAMI no se ha logrado”, explican al mostrarse cansadas de tanta espera e inconsistencia de los últimos meses donde no les pagan a tiempo. 

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El temor generalizado radica en la implementación de una estrategia para trasladar a los niños de 3 años hacia las aulas escolares, bajando la cobertura y los programas se van a decaer. “Pasan a cursar el preescolar y ¿dónde vamos a quedar las madres comunitarias ya que no podemos mantener esos registros?”, se preguntó.
 

No confían en falacias

No quieren pañitos de agua tibia y censuran la posición de la directora general del ICBF, Astrid Cáceres Cárdenas, al celebrar el segundo debate de la reforma laboral.

Promete estar pendiente de todos los debates para que sea una realidad pronto y mejorar las condiciones de vida de las mujeres quienes ayudan a la crianza de los niños.

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“Hay muchas mentiras, la directora cuando se dio cuenta de la fuerza de la protesta comenzó a enviar esos mensajes, incluso a amenazar con memorandos de un posible descuento del sueldo, eso no lo puede hacer, muy claro está en la Constitución que todo colombiano tiene derecho a protestar y defender sus derechos”, recalcó.
 

En pie de lucha

Explican que la reforma no ha pasado totalmente y conociendo la polarización en este país, no confían en una decisión a su favor.

Insisten en el bono pensional de las señoras de 57 años en adelante y que tengan más de 10 años de experiencia. “Fiduagraria está poniendo muchos tropiezos para otorgar esos honorarios y ellas se lo merecen porque son más de 35 años trabajando, están enfermas, cansadas y es justo que salgan a disfrutar”, anotó la vocera al afirmar que el paro es de carácter indefinido hasta cuando se siente la directora del ICBF con la presidente Olinda Pineda y se establezcan acuerdos concretos.

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Solicitaron a los padres de familia el acompañamiento ya que son los grandes perjudicados por el servicio ofrecido a la primera infancia, gestantes y lactantes. “Prestan una atención ejemplar con desayuno, refrigerio, almuerzo, recreación y media tarde. Los niños quedan en buenas manos debido a la entrega y dedicación de las madres comunitarias”, reitera.
 

No dan el brazo a torcer

La directora del hogar Fresitas, ubicado en el barrio de La Torcoroma, Emilse Criado Angarita, rechazó el sistema de contratación cada dos meses y prácticamente están a la deriva.

A lo anterior se suma las exigencias en materia de papelería, nos toca que pagar para llenar todos los requisitos.

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Rechazaron tajantemente el concurso para seguir con esa misión, pues consideran que tienen derechos alcanzados por los años de la asistencia a la primera infancia. “Somos personas adultas para que nos engañen de esa manera, que cumplan con la palabra empeñada. Que nos miren con ojos de piedad, ofrecimos toda la vida a la niñez de Colombia y merecemos una pensión digna”, recalcó.

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