Mientras las entidades ambientales alistan los instrumentos para medir el índice del material particulado y los decibeles en la contaminación sonora, en el Día sin carros y motocicletas previsto para el 25 de octubre, la administración municipal de Ocaña se encuentra en mora de diseñar el mapa del ruido.
Desde el año 2016 integrantes del grupo de investigación del Laboratorio de la calidad del aire del programa de Ingeniería Ambiental, de la seccional de la Universidad Francisco de Paula Santander, procesa los datos que servirán de insumos para adoptar estrategias encaminadas a mitigar los efectos de la contaminación.
El maestro Alexander Armesto Arena ha suministrado los datos consolidados para determinar los puntos más críticos en la ciudad. Las mediciones señalan que los tramos álgidos comprenden el centro de la ciudad, plaza de mercado, circunvalación, avenida Francisco Fernández de Contreras y la cuesta de Santa Clara.
Las tablas muestran que hace 8 años se redujo de 12 puntos porcentuales (77-65 decibeles) la contaminación sonora en el parque de San Francisco y en el transcurso de los últimos años fluctúa entre 4.8 a 7.2, debido al creciente parque automotor y a la falta de políticas contundentes de los gobernantes de turno.
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La recién nombrada directora de la Unidad Técnica Ambiental de Ocaña, ingeniera Leddy Torcoroma Pérez, aseguró que la administración local cuenta con un diagnóstico con base en los datos suministrados por la academia.
Aportes desde la academia
La coordinadora del Laboratorio de la calidad del aire de la universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, Vicky Juliana Delgado Armesto, desde ya adelanta los preparativos para hacer el acompañamiento a las entidades ambientales antes, durante y después de esa fecha en aras de obtener resultados.
Destacó la importancia de conocer el flujo vehicular por las zonas céntricas y arterias viales para determinar los decibeles a que están expuestas las personas del lugar.
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Los investigadores evidencian que los puntos de elevación de los niveles de contaminación corresponden al mes de marzo debido a la sequía y los incendios forestales, factor que disminuye en octubre a raíz de la ola invernal.
Urge un documento conjunto
El famoso mapa de ruido, sin implementar en Ocaña por distintas razones, obedece a una creación colectiva entre las distintas entidades encargadas de velar por el medio ambiente.
“Es un proceso complejo, se debe superar los 100 mil habitantes. No solamente es dar cumplimiento a la norma y establecer monitoreos donde queramos, debe existir un estudio en zonas estratégicas con un equipo adecuado dado el crecimiento poblacional y el aumento del parque automotor”, precisó Delgado.
También la seguridad es fundamental para establecer alianzas estratégicas y los equipos integrados para suministrar datos confiables. Hasta con el mismo tránsito para la revisión técnico mecánica.
La universidad adelanta una encuesta desde la perspectiva de la gente para determinar las variables encaminadas a mejorar las condiciones ambientales.
El ingeniero Juan Carlos Rodríguez Osorio encargado de la vigilancia y el control ambiental de la territorial Ocaña de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera nororiental, Corponor, expresó la intención para conformar un comité encaminado a suscribir un convenio para la elaboración del mapa del ruido en Ocaña.
El secretario de Movilidad y Tránsito, Enrique Armando Noguera Meza, entregó recomendaciones para aportar un granito de arena a la conservación del planeta.
La jornada comenzará a las 7 de la mañana, y se extenderá hasta las 7 de la noche, precisó el funcionario quien instó a los ciudadanos a dejar sus motocicletas y automóviles en casa e implementar opciones más amigables con el entorno, como caminar, andar en bicicleta o utilizar el transporte público.
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Esa dependencia adelanta un inventario para determinar el número de carros y motocicletas que circulan por la ciudad para exigir las condiciones técnicas-mecánicas y así disminuir los elevados índices de contaminación ambiental.
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