Los recientes brotes de violencia con masacres, asesinatos de soldados, secuestros, extorsiones retenes ilegales de los grupos alzados en armas y hostigamientos a las poblaciones mantienen en vilo a los habitantes de la provincia de Ocaña quienes sufren las consecuencias de la escalada terrorista.
Ante esos nefastos episodios las fuerzas vivas e instituciones defensoras de los derechos humanos claman una tregua para volver a la reconciliación de los pueblos. El presidente de la Asociación de Personeros de la zona del Catatumbo, Jorge Armando Bohórquez Lanzziano, abogó por la defensa de los derechos fundamentales donde es urgente retomar los diálogos de paz para garantizar la tranquilidad de los moradores de la región.
El funcionario solicitó tanto al Gobierno nacional como a los insurgentes retomar la concertación, implementando el cese bilateral del fuego por el bienestar de las distintas comunidades en la convulsionada región del Catatumbo.
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“El diálogo es la única salida al conflicto armado con la participación de todos los actores”, indicó Bohórquez al reclamar la presencia en las mesas de los personeros ya que tienen una radiografía de la realidad circundante.
Se ofrece como mediador
El obispo de la diócesis de Ocaña, monseñor Orlando Olave, se sumó al clamor del pueblo y ofreció los buenos oficios para interceder en la búsqueda de los acercamientos en aras de la reconciliación de los pueblos.
El prelado de la iglesia católica envió un contundente mensaje a los violentos para que cesen su accionar. “Nos entristece esa realidad, es la sangre de nuestros hermanos que clama al cielo, estamos haciendo esa invitación para que todos juntos nos dispongamos a esa iniciativa de paz”, recalcó.
A los familiares que han perdido sus seres queridos entregó el saludo de solidaridad, fraternidad y elevó las plegarias para el consuelo del dolor. Monseñor Olave considera que la paz nace en el corazón de la gente y es tarea de todos.
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“La violencia es el peor negocio, no deja nada positivo y como iglesia estamos dispuestos a acompañar las iniciativas para construir la paz y la reconciliación”, puntualizó.
Falta voluntad entre ambas partes
El representante de la Red departamental de Defensores de Derechos Humanos, capítulo Ocaña y región del Catatumbo, Nelson Enrique Arévalo Carrascal, lamentó la arremetida de los violentos en los últimos meses.
Manifestó que en los distintos eventos se insiste en una salida negociada al conflicto registrado en los territorios, pero falta mucha voluntad entre ambas partes.
“Un tema tan crucial como el cese al fuego bilateral donde el Eln quiere que los bajen de la lista de terroristas y el Gobierno nacional a ese punto no accede, entonces conlleva a la pérdida de vidas, la zozobra e incertidumbre en esta zona del país”, reiteró.
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El líder social manifestó que los riesgos están latentes en las carreteras, tiendas, montañas con artefactos explosivos, cuando la guerra está abierta. “Como defensores, transitamos, caminamos, conversamos y exponemos la situación, complicando cada vez más la mediación en medio del fuego cruzado”, manifestó al considerar que volvieron al tiempo de antes con una guerra desmedida.
Una paz duradera
Integrantes de la Asociación de municipios de la provincia de Ocaña, sur del Cesar y zona del Catatumbo insisten en el cese bilateral del fuego para evitar el estancamiento económico de la próspera región.
El presidente de la Junta Directiva, ingeniero Emiro Cañizares Plata, llevó la vocería de los 15 alcaldes para que se reanuden las conversaciones para que la tranquilidad vuelva a los alejados territorios.
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Fue enfático al manifestar que la institucionalidad y la iglesia católica están dispuestas a trabajar de la mano en esos propósitos. “Estuvimos en la capital de la República reunidos con el Alto comisionado de paz, Otty Patiño y el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, expresando la imperiosa necesidad de mantener los diálogos”, recalcó.
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