En el corregimiento de Pueblo Nuevo, un rincón con aroma a café y paisajes de ensueño, la comunidad y el gobierno se han unido para construir una placa huella que promete transformar la movilidad, el turismo y la economía local.
Este proyecto, ejecutado bajo la modalidad ‘Comunidad-Gobierno’, es un ejemplo de cómo la articulación de esfuerzos puede generar cambios significativos en las zonas rurales.
Un proyecto con impacto comunitario
La obra, que abarca 300 metros lineales de vía, cuenta con una inversión total de $259.295.443, aportados principalmente por la administración municipal con $240 millones de recursos propios, el Comité de Cafeteros con $15 millones en materiales, y el resto por la comunidad, quienes contribuyeron con 700 jornales, equipos y materiales para optimizar los recursos.
El secretario de Vías, Infraestructura y Vivienda, Gustavo Castilla Vergel, destacó la importancia de esta colaboración:
“Este trabajo es un ejemplo de cómo la unión entre comunidad, gobierno y sectores productivos puede generar resultados positivos. No solo mejoramos la calidad de vida de los habitantes, sino que también fortalecemos la economía local al garantizar mejores vías de comunicación”.
Trabajo en equipo como clave del éxito
Luis Eduardo Díaz Álvarez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Pueblo Nuevo, subrayó que este proyecto no habría sido posible sin el compromiso de la comunidad:
“Estas acciones se logran gracias al trabajo conjunto entre la administración municipal y los habitantes. Es una muestra de cómo sumar esfuerzos y recursos puede beneficiar enormemente a nuestra región”.
La modalidad de trabajo también se extendió a otros frentes de obra, como los caminos comunitarios para la paz, ejecutados en un tramo de 161 metros con una inversión de $198 millones a través del Instituto Nacional de Vías.
La placa huella en la ruta del café no solo mejora la conectividad entre el corregimiento de Pueblo Nuevo, las veredas aledañas y Ocaña, sino que también tiene un impacto directo en la comercialización de productos agrícolas y el ecoturismo.
Este corredor terciario, vital para los campesinos de la región, permitirá un tránsito más seguro y eficiente, especialmente en épocas de lluvia, cuando la movilidad se ve afectada. Adicionalmente, la intervención incluye 20 metros en la vía que conecta el centro poblado con la vereda Los Curitos y otros 273 metros hacia la ciudad de Ocaña.
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“El Comité de Cafeteros y la Cooperativa de Caficultores han sido aliados clave en este proyecto, que no solo mejora la calidad de vida de los habitantes, sino que también consolida a Pueblo Nuevo como un destino turístico atractivo”, afirmó el secretario Castilla.
Un modelo replicable de desarrollo
El proyecto refleja el compromiso de la administración municipal con el desarrollo integral de Ocaña y sus corregimientos, fomentando la participación ciudadana y el progreso colectivo. Más allá de su valor inmediato, la iniciativa se perfila como un modelo replicable en otras regiones del país.
El impacto de esta obra no se limita a los aspectos técnicos y económicos; también simboliza la capacidad de las comunidades rurales para trabajar de manera organizada y liderar procesos que mejoren su entorno.
Los habitantes de Pueblo Nuevo han mostrado su gratitud hacia las instituciones y organismos que escucharon sus necesidades y actuaron en consecuencia. El líder comunal Luis Eduardo Díaz destacó el esfuerzo colectivo:
“Gracias a este proyecto, nuestra comunidad tiene nuevas esperanzas. Ahora podemos soñar con un futuro donde la movilidad, el turismo y la economía sigan creciendo de la mano del esfuerzo comunitario”.
Por su parte, Castilla reiteró el compromiso de la administración:
“Seguiremos trabajando para que cada vez más sectores se beneficien de iniciativas como esta, que fomentan el desarrollo sostenible y mejoran la calidad de vida de los habitantes de Ocaña y sus corregimientos”.
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La ruta del café se posiciona, así como un símbolo de progreso y cooperación, un ejemplo de que cuando la comunidad y el gobierno trabajan juntos, el desarrollo deja de ser un sueño para convertirse en una realidad tangible.
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