En un acto simbólico frente al monumento ‘Testigo del silencio’ del asentamiento humano Brisas del Polaco familias rindieron homenaje a las víctimas por desaparición forzada de la zona del Catatumbo.
“Una luz brilla en los hogares afectados por ese flagelo quienes guardan las esperanzas de un feliz regreso de los seres queridos”, indicó el enlace municipal de la Unidad de Víctimas, Jazmine Beatriz Ibáñez Lozano.
A través de la actividad denominada ‘Alas de libertad’, los asistentes plasmaron mensajes de resiliencia, expresando su fortaleza y solidaridad hacia las familias víctimas de ese fenómeno.
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El evento culminó con una velatón, que simbolizó la luz que guiará el camino hacia la justicia y la paz para todas las personas desaparecidas y sus seres queridos. Esta conmemoración es solo un paso más en la lucha incansable que se emprende para asegurar que estas familias encuentren la tranquilidad y la seguridad en sus hogares, indicó Maritza Pérez Amaya, coordinadora de la Mesa Departamental de Víctimas, Norte de Santander.
En busca de los desaparecidos
Según datos suministrados por la Unidad Regional de Víctimas en la región existen 780 personas desaparecidas en los últimos 30 años y los familiares no desfallecen en la búsqueda.
Ese ritual de reconciliación entre los seres queridos cargado de emociones, se desarrolló en el monumento, ubicado en el barrio Brisas del Polaco donde un pescado simboliza el trasegar luctuoso de muchas personas desaparecidas en la cuenca del río Catatumbo.
El objetivo principal fue rendir un merecido homenaje a aquellas personas que aún se encuentran desaparecidas, brindando un apoyo solidario a sus familias y seres queridos, quienes cargan con la tristeza de no saber su paradero.
Bajo el nombre ‘Una Luz de esperanza a las Familias Afectadas’, esta conmemoración contó con la participación de los integrantes de las Escuelas de Formación Artística de la Secretaría de Educación, Cultura y Turismo.
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Seguiremos trabajando en alianza para brindar apoyo integral a las familias afectadas, el compromiso es seguir construyendo un futuro donde la justicia y la dignidad sean una realidad para todos, aseguró Jazmine Beatriz Ibáñez, enlace municipal de Víctimas.
Un drama familiar
Jesús Ramón Salazar, miembro de la Mesa de Víctimas Ocaña, confesó los episodios dolorosos vividos por los familiares ante la misteriosa desaparición de su hermano, Jorge Luis Navarro Salazar, de 20 años.
Señaló que hace 26 años fue sacado a la fuerza de la casa ubicada en el barrio El Carmen de Ocaña y han movido cielo y tierra para encontrarlo. Aún guardan las esperanzas.
“Mi madre, de 88 años, sufre en silencio y las autoridades no aceleran los procesos para determinar la suerte vivida, en medio de esa ola de violencia”, recalca.
Recuerda que su hermano era un vendedor informal que se ganaba el sustento diario con el sudor de la frente. “Es como si se lo hubiera tragado la tierra y nadie dice nada. Mi mamá ha aportado muestras de sangre para incorporarlas a la plataforma de búsqueda y no ha pasado nada. Así como se lo llevaron vivo, queremos que regrese a casa”, agregó.
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Tampoco hemos recibido indemnización por ese calvario padecido por los seres queridos, recalcó.
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