El proceso se extendió de marzo a octubre de 2014. Muy emotivo, el exatleta rompió a llorar y vomitó en varias ocasiones. Se mostró obcecado y repitió que nunca tuvo intención de matar a Reeva Steenkamp.
Destrozado, pidió perdón a los padres de la víctima.
Condenado en primera instancia a cinco años de prisión, en el juicio en apelación celebrado en junio de 2016, un psicólogo de la defensa lo describió como "un hombre roto", que sufre un síndrome severo de depresión.
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"Se puede decir sin dudar que su caída ha sido terrible", añadió el experto.
Abandonado por sus patrocinadores, sin ingresos, Pistorius se encontró en la ruina y tuvo que vender su casa para poder pagar a sus abogados. Y la sentencia en apelación aumentó su condena a 13 años y 5 meses de prisión.
Solo le quedó el apoyo de su familia.
Pistorius nació sin peronés el 22 de noviembre de 1986 en Johannesburgo y fue sometido a una operación para amputarlo por debajo de las rodillas a los 11 meses.
Aprendió a caminar con prótesis y desde su infancia quiso medirse con deportistas no discapacitados, probando el waterpolo, el críquet y el boxeo.
Pero la muerte de su madre cuando tenía 15 años supuso un nuevo trauma. Al año siguiente, tras una grave lesión de rodilla practicando el rugby, descubrió el atletismo. Antes de cumplir los 18 años, ganó sus primeras medallas mundiales en la categoría de amputados de las dos piernas.
Poco a poco, sus resultados y su ambición le llevaron a pedir su admisión en las competiciones para deportistas no discapacitados, pero esto implicó un largo combate, dentro y fuera de la pista.
Fue en Londres-2012, donde alcanzó las semifinales en los 400 metros lisos y la final en el relevo 4x400, la cima de una carrera... que se detuvo de golpe.
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