Desde muy joven Alicia Vera voló a Pamplona con la ilusión ser alguien en la vida y despegar del nido familiar en Chinácota.
Se matriculó en la Escuela Gabriela Mistral y sin dificultades terminó primaria. El siguiente escalón lo dio en el Colegio Universitario Rafael Faría en donde cursó los primeros grados de secundaria; unos quebrantos de salud le impidieron graduarse.
Una artritis juvenil empezó a complicarle sus quehaceres diarios.
“No volví a seguir estudiando, ni trabajando”, dijo con nostalgia.
Con 20 años, Vera fue internada varios meses en el Hospital San Juan de Dios, porque la enfermedad le estaba inmovilizando todo el cuerpo.
Asegura que la fuerza de voluntad y las ganas de vivir la ayudaron poco a poco a salir adelante.
Tiempo después el amor tocó sus puertas y encontró en Isaac Torres Carvajal, su compañero para el resto de la vida. A su lado crió tres hijos.
“Mi familia fue como una aliciente para mí vida. Le pedía a Dios que me diera licencia para verlos crecer, educarlos con valores y que fueron profesionales”, añadió.
Hace menos de diez años inició un tratamiento médico que le ha permitido recuperar la salud y a su vez el movimiento de sus brazos y piernas.
Queriendo seguir siendo útil y que no la vieran como una carga, se matriculó en el Sena en donde hizo varios cursos de manualidades y pintura.
En la Legión de María , grupo católico que visitaba con frecuencia, aprendió el arte de la muñequería y peluches.
Vera encontró en el arte el motor de su existencia y entre tejidos y lienzos le fue encontrando un nuevo sentido a sus días.
Con estos nuevos conocimientos se inscribió en uno grupo del adulto mayor del municipio, donde pulió sus técnicas artísticas y pudo enseñarle a sus compañeras.
Entre bordados, hilos, telas, muñecos de trapo, trata de olvidar los días en los que el cuerpo no le respondía, y cada una de sus obras reflejan sus ganas de salir adelante y ganarle la partida a las adversidades.
Sus creaciones han sido exhibidas en ferias municipales y departamentales. Como estímulo a su talento representó a Norte de Santander en un encuentro nacional que se realizó en Armenia (Quindío).
A sus 62 años, asegura que las limitaciones solo existen en la mente. Su lema es : amor, empeño y esfuerzo son la clave del éxito.