Alix Yirley Vargas es una mujer que ha jugado un papel importante en la vida del alcalde de Cúcuta, Jorge Acevedo, su esposo. A pesar de las caídas y constantes derrotas ha sabido mantenerse a flote y, como buena coequipera, continuó allanando el camino hacia el Palacio Municipal, para cumplir un sueño que tardó 12 años en hacerse realidad.
Desde que se supo que Acevedo sería el nuevo gobernante de los cucuteños, él advirtió que su esposa no sería una figura decorativa y más que una ‘primera dama’, su rol estaría encaminado a lograr una verdadera gestión social y a ser ese puente entre la ciudadanía y la administración. Eso lo tiene muy claro ella.
En entrevista exclusiva con La Opinión, la gestora social habló sobre el trabajo que desarrollará en los próximos cuatro años, explicó cuál será su verdadera función dentro del equipo de gobierno y les respondió a quienes hoy en día la consideran como una alcaldesa a la sombra.
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Usted y su esposo intentaron muchas veces llegar a la Alcaldía de Cúcuta hasta que al fin lo lograron. En lo personal, ¿qué representó esa victoria?
La verdad, esa victoria representó lograr ese sueño tan anhelado de mi esposo. El poder construirlo al lado de él para mí es súper gratificante, porque este es un sueño de hace muchos años. Desde muy joven él ha hecho una labor social con la que me identifico mucho, al estar al lado de él como esposa, novia y compañera de vida. Me siento muy orgullosa de que él haya podido lograr este sueño y que Cúcuta le haya dado por fin esta oportunidad de demostrar sus capacidades como un hombre cucuteño, joven, capaz y perseverante.
¿En algún momento alcanzó a pensar que nunca lo conseguirían?
Sí, somos seres humanos. Esta era nuestra sexta campaña y uno sí lo alcanza a contemplar, porque la mente siempre nos trata de bloquear, pero hay que ir en contra de los miedos, temores y el fracaso. Nosotros ya lo habíamos vivido, pero así como fracasamos, lo superamos los dos. Cuando uno se caía el otro lo ayudaba a levantarse, ahí va la importancia de ser pareja y de trabajar en equipo.
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Entonces, sí lo contemplamos, pero luchamos en contra de todos los miedos, estigmas, pronósticos y encuestas. Esta campaña fue muy espiritual porque todo el mundo decía: ¿otra vez?, usted no lo va a lograr, no va a poder, miren que nadie está con ustedes. Pero logramos superar todo eso y ese es un mensaje para la ciudad. Hay que luchar por los sueños, levantarse fuerte todos los días. Cuando usted supera todos los miedos y no se deja vencer, usted logra lo que quiere en la vida.
¿Esta fue la campaña más difícil?
Todas fueron difíciles, pero esta fue la que tuvo más tropiezos. Muchas veces nos levantábamos con más temor, sin embargo, esta campaña fue en la que más nos mantuvimos unidos.
Las gestoras sociales que la antecedieron tuvieron un papel más bien discreto, ¿por qué decidieron que usted jugaría un rol más protagónico y visible?
Pienso que esto es a nivel Colombia y a nivel mundial, pero realmente no es que en el caso mío tenga más visibilidad, sino que en las anteriores administraciones no le daban ese rol a la mujer, a la compañera, al apoyo del hogar. Somos un equipo y realmente no es Yirley Vargas, sino es el papel que queremos dejar en la administración, de que le den esa importancia a la gestión social. El alcalde está envuelto en el día a día, en firmas, decretos, seguridad, gremios, muchas cosas y siempre hace falta ese toque de mujer.
¿Qué funciones en particular cumplirá usted en este gobierno?
Gestionar. Quiero trabajar de la mano con mi esposo, apoyarlo en todos los temas sociales. La verdad, tengo muchas cosas que se me pasan por la mente. Quiero trabajar por los niños, los adultos mayores, las mujeres, las emprendedoras. He sido una mujer líder desde la universidad. No me gusta figurar, las personas que me conocen saben que soy una mujer trabajadora, que saqué mi hogar adelante, hecha a pulso, tengo dos carreras, me tocó trabajar y estudiar al mismo tiempo, darle el estudio a mis hermanos y familia.
Desde muy pequeña no tuve esa figura de mamá en el hogar, entonces sé lo importante que es el papel de una mujer en la sociedad. Me gusta inspirar mucho, que la gente nos vea y admire por la capacidad de trabajo.
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¿Y cómo será esa gestión?
Hablando con las diferentes secretarías que manejan programas y proyectos. La gestión se hace también articulando, escuchando a la comunidad de muchas formas y eso ustedes lo van a ver en estos cuatro años.
¿Hay algún programa bandera o algún proyecto en particular por el que quiera trabajar?
Sí, son muchos, pero todo gira en torno al amor por Cúcuta. Cuando yo amo a mi ciudad, amo el ambiente, los niños, las calles, todo lo que compone a la ciudad. Y la idea es recuperar esa identidad, ese rojinegro que llevamos en el corazón.
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Según la Función Pública, las primeras damas o las esposas de los mandatarios no son funcionarias y, por lo tanto, no tienen ningún rol institucional, más allá de los protocolarios. Sin embargo, desde el primer día, el alcalde anunció que usted no iba ser una figura decorativa de la administración y de hecho se le ha visto ejerciendo un marcado liderazgo, ¿cómo podría entenderse que esto no es ir en contravía de lo que dice la norma?
Pienso que ahorita este es un papel muy estigmatizado y es normal. Además de que yo siempre he apoyado a mi esposo en toda su carrera política; he estado al lado de él movilizando, organizando, apoyándolo, más que todo en este rol que él va a desempeñar.
Sin embargo, a pesar de no ser funcionarias públicas, nosotras podemos hacer gestión, unir la parte privada, las organizaciones internacionales, tener ese espacio de escuchar, atender, organizar y no como papel autoritario, sino más bien como apoyo a la gestión de mi esposo. Que esta sea una administración inolvidable y que de aquí en adelante los alcaldes o las alcaldesas que lleguen le den ese rol a su compañero de vida o a la gestora o gestor social.
¿Cree que debería tener una mayor relevancia la figura de la gestora social?
Sí, claro. Cúcuta elige por voto popular al alcalde, pero él no es un superhéroe, no tiene superpoderes para transformar la ciudad. Para lograr los objetivos y vencer todo lo que está pasando en la ciudad, la seguridad, la pobreza, se necesita un equipo de trabajo, un gabinete, una persona que esté dispuesta 24/7, y yo soy parte de ese proyecto de Jorge. Es simplemente darle ese toque a la gestión que hacemos nosotros.
¿En la reunión que tuvieron hace unos días las gestoras sociales se planteó algo en ese sentido, para hacer más funcional el rol que cumplen?
Quedé sorprendida en la convención que hizo Asocapitales con las gestoras sociales, porque hay programas que manejan y que han quedado en el tiempo como en la Alcaldía de Bogotá, que tiene sus propios centros de atención a mujeres víctimas, su propio centro de atención para las personas en condición de calle. Allí sí se le ha dado la importancia al rol de la gestión social. Hay gestoras que, incluso, tienen programas, por ejemplo, ‘Barranquilla, gestión de primera’. Cada ciudad cuenta con un lema y sería superbonito que eso se pueda seguir llevando en todas las administraciones.
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¿Tiene alguna intención de replicar eso que vio?
Sí, estoy en eso. Revisando cómo lo puedo dejar construido y que con mucho cariño y amor se pueda seguir desarrollando esa labor social.
Hay quienes dicen que usted es la que toma las decisiones en la administración, que es una especie de alcaldesa en la sombra, ¿qué les responde a los que consideran eso?
No, ese es un comentario malintencionado, que es normal, pues no falta el que esté en contra. La verdad es que somos un equipo de trabajo. El alcalde es Jorge Acevedo y yo soy una coequipera, una servidora de la ciudad. Soy un apoyo para mi esposo y lo seré hasta que Dios me lo permita. Un mensaje para esos comentarios malintencionados es que apoyen para construir y no para atacar o juzgar, porque cuando uno se pone en los zapatos de una persona que ha luchado por tantos años, es cuando uno dice: bueno, lo logró, démosle la oportunidad.
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¿Hasta dónde va su poder como gestora social en la toma de decisiones al interior de la administración municipal?
No, las gestoras sociales lo que hacemos es apoyar, escuchar a la comunidad y trabajar por ellas. Por ejemplo, arrancamos este año con un programa que se llama ‘Regreso a clases seguro’, que es más que todo como llevarles a los niños bienestar. Yo sé lo que es cuando le falta a uno el cariño, el amor y quiero representar eso en la ciudad. Mi esposo, como la primera autoridad, pero al lado ese cariño que la gente espera.
¿El alcalde la consulta mucho para la toma de decisiones?
No. Él me consulta las decisiones de mi casa, pero en la Alcaldía él toma sus decisiones con su equipo de asesores, gabinete y sus equipos jurídicos, pero las decisiones las toma cien por ciento Jorge.
¿Cómo quisiera que recuerden los ciudadanos su paso por la Alcaldía de Cúcuta?
Quiero que me recuerden como todo este tiempo: con admiración, respeto y cariño. Me gusta trabajar, soy una mujer incansable y lucho hasta el final. Soy como mi esposo, estamos ahí, somos tal para cual. Entonces, que me recuerden así: cero pereza, mucho trabajo e inspiración. Quiero que recuerden que esta fue una administración que hizo las cosas bien y que lo está haciendo bien hasta ahora.
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¿Le gustaría, más adelante, ser candidata a la Alcaldía?
No se me ha pasado por la mente. Los tiempos cambian y todo puede pasar, pero en este momento asumiré mi papel como gestora social con mucho amor. Pero no, no lo he pensado.
Para aquellos que no la conocen, ¿quién es Yirley Vargas?
Yirley Vargas es una mujer apasionada como toda cucuteña. Cuando voy a Bogotá y me preguntan de dónde soy, yo les digo que de Cúcuta, Norte de Santander y dicen: son mujeres berracas, trabajadoras. Quiero que me conozcan por esa sensibilidad, pasión, entrega y por inspirar a muchas mujeres a que tomen la bandera de liderazgo en sus comunidades, con sus asociaciones y que perseveren siempre. Quiero que me conozcan como una mujer perseverante.
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