Los habitantes del municipio de Toledo siguen preguntándose qué pasó con la construcción del nuevo hospital, una obra que comenzó a ejecutarse en febrero de 2021 por un valor de $6.377 millones, pero que se encuentra suspendida desde el 2022, porque los diseños que tenía el proyecto no correspondían con lo que exige la norma y, además, porque se requerían más recursos para poder adelantar la construcción.
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Recursos que, se supone, fueron añadidos en agosto del año pasado por la Gobernación de Norte de Santander a través de un Certificado de Disponibilidad Presupuestal (CDP) y con los cuales se garantizaría la culminación de la obra.
Sin embargo, los meses pasan y la molestia de los toledanos aumenta, pues a pesar del anuncio de que se invertirían más de $4 mil millones, la obra sigue suspendida y han escuchado rumores de que se tendría que demoler lo que se alcanzó a construir, para comenzar de nuevo con la ejecución del proyecto.
“Hasta donde tenemos entendido, el año pasado a través de una publicación en redes sociales nos enteramos que era el Ministerio de Salud quien todavía no autorizaba levantar la suspensión de la obra, porque aún no habían subsanado unos hallazgos fiscales y eso impedía que el proyecto se volviera a reactivar”, dijo una de las veedoras de la obra del municipio.
La comunidad señala que no es justo que el centro de salud con el que cuentan actualmente en el casco urbano siga funcionando en la antigua casa de las monjas, una propiedad de la Curia de Pamplona, ya que, aunque cubren varios servicios, no cuentan con los espacios adecuados para atender las necesidades de todos los pacientes, precisando que, la mayoría de veces, deben desplazarse hasta Chinácota para lograr ser atendidos adecuadamente.
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Esto, debido a que el hospital con el que contaban anteriormente y que cubría los servicios básicos fue demolido en el 2021 para construir la nueva infraestructura que solo logró avanzar en un 36,2%.
A la espera de la respuesta del Minsalud
La Opinión conoció que, en octubre del 2023, el Ministerio de Salud y Protección Social informó que aún se encontraba revisando el estado del proyecto, porque el estudio técnico que tenían indicaba que éste presentaba falencias técnicas en el estudio de los suelos, en los estudios y diseños eléctricos, estructurales y de patología de la infraestructura que, hasta la fecha, estaba construida.
Razones por las cuales aún el proyecto no lograba cumplir con los requisitos contenidos en la normatividad vigente, para que el Minsalud pudiese emitir el concepto técnico de viabilidad.
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Ante esta situación, Katherine Calabro, gerente regional de la ESE Regional Sur Oriental, le comentó a La Opinión que el 29 de diciembre del año pasado, se radicó un nuevo proyecto al Minsalud, con los ajustes solicitados, así como el CDP del adicional de recursos entregado por la Gobernación de Norte de Santander.
“Estamos a la espera del pronunciamiento de Minsalud para obtener la viabilidad que permitirá reiniciar la obra. También solicitamos mesa técnica para revisar la información enviada, estamos a la espera de que se pronuncien con respecto a la información radicada, para saber el paso a seguir”, dijo Calabro.
Frente al rumor de que se pudiese demoler lo que ya está construido, la funcionaria indicó que dicho señalamiento no está confirmado, ya que para eso se hizo un estudio patológico de la obra, el cual fue solicitado por el ministerio y que también está en revisión.
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La Opinión intentó comunicarse con el nuevo alcalde de Toledo, Carlos Javier Prada Mogollón, para conocer cuál ha sido su gestión frente al proyecto, pero al cierre de la edición no se obtuvo respuesta.
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