Diferentes reacciones se dieron en todos los sectores políticos tras la decisión de la administración de Joe Biden de retirar a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo.
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Desde todo el gobierno nacional aplaudieron la decisión en favor de Cuba, como la del Canciller Luis Gilberto Murillo, quien señaló que es “una medida justa” que empezó por culpa del mismo gobierno colombiano, pero que el presidente Petro dio la orden de dialogar con los Estados Unidos para quitar esta imposición.
Además, Murillo agregó que “esperamos que todas las medidas que los países tienen de sanciones que se imponen de manera unilateral se levanten”.
Más temprano, el presidente Petro felicitó a Biden por la decisión en el que dijo que “buscó siempre el diálogo con la diversidad latinoamericana. Levantar bloqueos así sea parcialmente es un gran avance”.
Sobre la misma línea, la delegación de paz del Gobierno con los diálogos con el ELN celebra esta decisión, señalando que es “un acto de elemental justicia” y resaltan su “valiosa contribución” a la búsqueda y contribución de paz en el país, ya que Cuba es garante en los diálogos de paz con este grupo armado.
Por parte del expresidente Juan Manuel Santos, también aplaudió la decisión Estados Unidos, argumentando que “es un acto de justicia que ha debido hacerse antes”.
En la otra orilla está el expresidente Iván Duque, quien rechazó la decisión del gobierno de Biden, asegurando que “el régimen cubano ha patrocinado grupos terroristas disfrazados de “guerrillas”, responsables de asesinatos y secuestros con fines políticos”.
Agregó que desde la isla “permitió la planeación del atentado con carro bomba contra la Escuela General Santander, donde murieron 22 jóvenes inocentes. Luego se burló de la solicitud de extradición proferida por la justicia colombiana”.
Al expresidente se sumaron los congresistas estadounidenses de origen cubano Mario Díaz-Balart, Carlos Giménez y María Elvira Salazar, al calificar esta decisión como “la traición a la seguridad de los Estados Unidos y traición a la causa de la libertad del gobierno cubano”.
Agregaron que esta decisión es “darle oxígeno económico al aparato represivo del régimen castrista para que siga reprimiendo a la gente”.
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