La recuperación económica de los países latinoamericanos necesita dos ingredientes: será necesario que se implementen reformas fiscales que preparen el terreno para el desarrollo sostenible y que los planes de vacunación se ejecuten con éxito. Así se desprende del más reciente informe macroeconómico que el Banco Interamericano de Desarrollo presentó en el marco de la 61 Asamblea de la institución.
El reporte ofrece tres escenarios posibles, descritos por el economista jefe del BID, Eric Parrado, como “uno optimista, uno base y uno pesimista”. En el escenario base, América Latina y el Caribe crecerán 4,1% este año, cifra que se reduciría a 2,5% el próximo año.
Por otra parte, Parrado destacó que el crecimiento podría llegar al 5,2 % en 2021 si todos los factores necesarios se conjugan: reformas fiscales enfocadas en el crecimiento sostenible e inclusivo, y éxito generalizado de los programas de vacunación en la región. Esto derivaría en un alza del PIB en torno a 3,9 % para 2022.
El escenario pesimista contempla un crecimiento muy leve en 2021, del 0,8%, y una caída severa para el 2022, de -1,1%, según las proyecciones BID.
Las reformas fiscales que el banco propone deberían mejorar la productividad, conectar las economías nacionales con las cadenas globales de valor, promover la transformación digital y crear empleos de calidad.
La pandemia tuvo un impacto más fuerte en la población vulnerable y afectó severamente la desigualdad.
Los datos del BID revelan que la pérdida de empleos se presentó sobre todo en las familias más pobres del continente.
“El 80% de las familias de menores ingresos perdieron al menos un empleo”, indicó Parrado.
Para la población de menores ingresos, además, es muy difícil hacer teletrabajo, debido a las condiciones de conectividad y al tipo de labores de las que obtienen el sustento. Y esa es también una de las razones por las que el número de contagios es más alto entre la población de menores ingresos, que no puede cumplir con los confinamientos.
Desempleo y pobreza
En 12 países se perdieron 26 millones de empleos entre febrero y octubre de 2020, cifra que cayó hasta 15 millones en febrero de este año. Las proyecciones del BID indican que la pobreza extrema aumentará del 12,1% al 14,6%.
La pandemia significó la peor crisis económica de la historia para América Latina y el Caribe. Los sistemas de salud pública se vieron sobrepasados por la pandemia en la mayoría de los países y el desempleo alcanzó niveles dramáticos. La economía cayó 7,4 % en promedio y la región mostró el peor desempeño mundial en el control del COVID-19, con el 30% de los fallecidos, a pesar de representar solo el 8 % de la población mundial.
“2020 nos dejó una doble crisis, con el mayor impacto mundial en vidas por la pandemia y el peor desempeño económico”, explicó Eric Parrado.
Las perspectivas de crecimiento en 2021 son inciertas, reconoce el informe del BID, pero son factibles si los países acometen con prontitud las reformas fiscales que permitan crear las condiciones para la recuperación.
Parrado señaló a Colombia como ejemplo para la región, lo que se demuestra con el hecho de que su caída fue menor al promedio, 6,8% (versus 7,4% en la región), y los indicadores de recuperación van más rápido que en el resto de los países de Latinoamérica.