Un grupo de privados de libertad del Centro Penitenciario de Cúcuta tuvo la oportunidad de salir a la calle, y por unas horas respirar y sentir de nuevo el aire más allá de los muros luego de la prisión, en ocasión de cumplir con un trabajo comunitario no remunerado, que hace parte de su proceso de resocialización.
 
A bordo del autobús del Inpec, los sujetos, que se encuentran en fase de mínima confianza, es decir, próximos a terminar el cumplimiento de su pena, fueron trasladados a un sector popular de la ciudad, donde hicieron trabajos de mantenimiento y limpieza a un parque infantil.

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Custodiados por oficiales de Inpec, los hombres se concentraron en la tarea, al tiempo que experimentaban sensaciones que, por el tiempo en prisión, ya les eran ajenas.

“Estas actividades fuera del complejo (penitenciario) son gratificantes para nosotros, porque cambiamos de ambiente y nos hace sentir libres otra vez”, dijo uno de los reclusos, mientras que un compañero complementó que “es importante que sigan estas rutinas con los compañeros de más confianza en los penales”.

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Uno de los oficiales de custodia señaló que el objetivo de esta actividad es enviar un mensaje a la sociedad sobre el proceso de resocialización que cumplen estas personas.

Ronald Ugarte, director de la Cárcel de Cúcuta, expresó por su parte que “lo que están haciendo no solo es embellecer y limpiar este parque, sino que además están construyendo confianza y un puente hacia la sociedad que los espera con los brazos abiertos”.

Esta actividad se viene replicando en diferentes ciudades del país donde funcionan centros de detención penitenciaria,  como Bucaramanga, Duitama, Pasto y Valledupar, entre otras.

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